El éxito del Málaga en los fueras de juego, con el manual de Pellegrini

Pellicer siempre recalca que de todo entrenador se aprende. Lo hizo cuando era futbolista y después lo ha hecho cuando le ha tocado formar parte de distintos cuerpos técnicos. Pero en materia defensiva, pese a haber sido lateral derecho, se fía mucho (o muchísimo) de los consejos que le da un gran amigo, Martín Demichelis. Ambos entablaron una gran amistad cuando coincidieron como ayudantes de Míchel, aunque meses antes el castellonense ya comprobó la sabiduría del argentino en la última etapa de este como futbolista. Por supuesto, como 'Micho' quería, con la camiseta blanquiazul. Entonces, el actual entrenador ascendió al primer equipo como brazo derecho de Marcelo Romero. Y después Míchel comprobó de primera mano su capacidad. De hecho, el que fuera técnico artífice de la última permanencia en la élite también mantiene una estrecha relación con él.

El lunes, cuando se produjo la visita del Espanyol, el Málaga cumplió 50 días de competición. Pese a las concluyentes derrotas frente a las dos superpotencias de la categoría –el Mallorca (3-1) y, sobre todo, el Espanyol (0-3)–, el balance que se hace dentro del club es muy positivo porque el equipo tuvo que afrontar las cuatro primeras citas ligueras muy justo de efectivos profesionales y, lo que es peor, sin pretemporada. Parece que ha pasado un siglo, pero no hace ni ocho semanas de aquel último amistoso de preparación, contra el Alcorcón (0-2), en el que sólo participaron tres 'mayores', Dani Barrio, Rahmani y Orlando Sá, que además ni siquiera estaban inscritos ante LaLiga.

La solución, como explicó este periódico, fue olvidarse de los rondos, de los entrenamientos en espacios reducidos, y centrarse en continuos partidillos para hacer más y más correcciones. Y así se labró el éxito del Málaga a la hora de tirar el fuera de juego. Porque en Segunda no ha existido hasta el momento ningún otro equipo tan eficaz en este aspecto.

La clave se encuentra en que el Málaga se mira en el espejo en una de las normas prioritarias en la contención para Manuel Pellegrini: defender por delante de la frontal del área. Si uno echa la vista atrás y recuerda partidos de aquella inolvidable etapa bajo la batuta del chileno recordará perfectamente que el equipo nunca se 'aculaba en tablas' y que siempre estaba fuera del área con el objetivo también de achicar espacios y minimizar, por ejemplo, que en medio campo jugara un virtuoso como Cazorla al lado de Toulalan (por más que los tentáculos del francés fueran incontables).

Aquel método defensivo era uno de los aspectos que más fascinaban a Demichelis del manual de estilo de Pellegrini. Al margen, por supuesto, de que el entrenador le diera completa libertad para sacar el balón jugado, faceta en la que el Málaga nunca ha tenido un futbolista como él en su historia. Si se analiza este Málaga, es fácil comprobar que la cobertura defiende por delante de la frontal del área, que cuenta con esa referencia y que además con ello se dispara el margen de error para el rival cuando opta por un pase en profundidad a la búsqueda de un desmarque de ruptura.

Claro que una cosa es la teoría, y otra, la práctica. Y el Málaga brilla en esta faceta gracias a la tenacidad en el trabajo diario, a la insistencia en los movimientos y, por supuesto, al análisis exhaustivo de los distintos contrarios que suelen protagonizar estas acciones, tanto quiénes como en qué zona.

No es ese el único concepto que se trata de aplicar y del que hablaban a menudo Pellicer y Demichelis cuando trabajaban juntos. Otro, muy relevante, es la situación de los centrales cuando se produce un centro desde la banda: siempre a la altura de la pelota, y no por detrás. De aquella cantinela sabe bien Luis Hernández, que tuvo diversos desencuentros con ambos durante la etapa de Míchel. Pero eso forma parte del pasado...