El Estepona, un proyecto ambicioso de club auspiciado por Globalia

«¿Por qué Estepona no puede ser como Villarreal? ¿Por qué no se puede hacer aquí un equipo grande? Confíen en mí, que no les voy a defraudar. Este proyecto va a ser costoso. En tres o cuatro años a ver si podemos estar en Segunda. Siempre he empezado desde cero, haciendo grandes las cosas pequeñas», manifestó en julio de 2022, a su llegada al club, que aterrizó en la 2022-23 en el grupo 5 de Segunda RFEF después de comprar por algo más de medio millón la plaza al Extremadura, que desapareció. Fue octavo, y en la 2023-24, en el grupo 4, acabó quinto, a cuatro puntos de la zona de 'play-off', lastrado por la contratación de Salva Ballesta como entrenador en el tramo final.

Hablar de fútbol en Estepona es hacerlo de una sopa de letras en las siglas del club, tras fusiones y desapariciones. Originalmente como Club Deportivo Estepona, este equipo llegó a jugar en Segunda B entre la temporada 1989-90 y la 1992-93, ý desapareció en 1994 , pero el fútbol siguió con el Unión Estepona en 1995 con la fusión del Estepona CF (antigua Peña Madridista) y la UD Estepona (antigua UD Esteponera). Este conjunto también llegó a Segunda B, en la 2009-10, pero también desapareció, y el equipo que se medirá al Málaga este jueves es de nuevo el Club Deportivo Estepona, fundado en 2014.

Pese a no lograr el ascenso a Primera RFEF en su segunda campaña en Segunda RFEF, el club trató de conseguir el pasado verano que Ronaldo Nazario y Julio Baptista, el primero como director deportivo y el segundo como entrenador, se incorporaran a la estructura, pero no fue posible. Al final se contrató como técnico al exfutbolista Oriol Riera, que militó en el Osasuna, Celta, Córdoba, Wigan o Deportivo, entre otros. Se forjó en La Masía y pasó a la historia por estar al lado de Messi en su debut oficial con el Barcelona, ya que entró al mismo tiempo al campo como suplente en un duelo de Champions en Oporto en noviembre de 2003.

Precisamente Oriol Riera sabe lo que es conducirse en la Copa del Rey al frente de cuadros modestos. La pasada campaña con el Tudelano, que militaba en Segunda RFEF, eliminó al Recreativo (1-0) y compitió bien ante Las Palmas (1-2). Fue su primera experiencia en los banquillos, y destituido en diciembre.

Este verano llegaron dieciséis jugadores al Estepona, que afronta la campaña casi con un nuevo equipo. Su comienzo ofreció dudas, pero el punto de inflexión pareció ser el 3-3 en el derbi ante el Torremolinos del 29 de septiembre, en la cuarta jornada liguera. El equipo perdía por 0-3 y marcó tres tantos en el añadido. Ahora encadena siete partidos sin perder y es tercero en el grupo 4, a un punto de la cabeza, que ocupa el Linares. Las perspectivas de ascenso están impolutas, pero por unos días la Copa del Rey concentra la expectación.

El equipo ha estado jugando en Marbella sus citas como local (hubo un partido que jugó en el San Fernando, de su localidad, en sintético), porque su estadio, el Muñoz Pérez, con aforo para unas 3.800 personas, se encuentra ahora mismo en obras para situar un césped natural. La empresa que ganó la primera licitación no cumplía con los requisitos del concurso, lo que obligó a realizar una nueva adjudicación, lo que ha retrasado los plazos para que el estadio estuviera listo a tiempo, y las dudas obligaban a encontrar una alternativa de garantías para el partido de primera ronda, una fecha señalada para la entidad como un día de máxima recaudación en materia de ingresos por taquillas, más tratándose de un encuentro frente al club malagueño por excelencia, de nuevo además en Segunda División. Así las cosas, la solución fue trasladarse al Municipal de La Línea (Cádiz), a unos 25 kilómeros, recién concluida allí su remodelación y con capacidad para 9.000 asientos.