Esteban Vigo: «El Málaga no necesita más que dos victorias; si lo hace, no lo echa para atrás nadie»

–¿Qué recuerdo tiene del Xerez?

-Jerez me lo dio todo. Me dio La oportunidad de entrenar en categoría profesional. Estaba en el fútbol base del Barça y me llamó 'Poli' Rincón. Hasta llegar a Primera División, donde no había estado en sesenta años. Cuando llegué el club no estaba estructurado o no pagaba, pero se tocaron hilos y el equipo respondió bien y tiró para adelante...

-Llegó en la jornada vigésima quinta, dos después estaba como ahora el Málaga actual, y se salvó. ¿Cómo es posible?

-No es fácil de explicar. La situación de un club como el Xerez no era la del Málaga. El Málaga tiene infraestructuras, y en el Xerez era un poco de locos. Cuando llegas a un equipo, es fundamental el conocimiento de la plantilla. Siempre hay jugadores conocidos, pero un entrenador, cuando llega a un equipo en una situación así, lo primero que tiene que hacer es averiguar cuál es el problema de la plantilla para solucionarlo. Luego, lo importante es la unión del vestuario que vayan todos a una, sabiendo que la dificultad es grande.

-Sin embargo, en el Málaga ha habido seis entrenadores entre la temporada anterior y esta, y el cambio no funcionó como revulsivo.

-Ese es otro problema, que los entrenadores no han tenido resultados, que son vitales. Si los resultados no funcionan, es imposible sacar algo adelante. Por mi experiencia, en las dos primeras jornadas con el Xerez las perdimos, pero eso puede ocurrir. En el Málaga hay un entrenador que se llama Pellicer, que tiene un conocimiento de la plantilla, pero el Málaga necesita dos victorias consecutivas para meterse en la pelea. No se ha conseguido eso todavía. No digo que no estén capacitados. Los rivales son inferiores, pero cuando los resultados no te van…

-¿Está la plantilla malaguista descompensada?

-Todo esto no es momento de analizarlo. La plantilla puede estar más o menos compensada. Se ha dicho que no tiene bandas o laterales. Además, todo esto se hace cuando los resultados no son buenos, y eso acaba afectando a la plantilla. Un extremo puede ser cualquiera hoy, puede tener más o menos velocidad, más uno contra uno... El problema es que sepas trasladar esa creencia al futbolista. Yo jugué de lateral derecho en el Málaga y no lo había hecho en mi vida. Es creer. Si el míster te pone, es por alguna razón. El problema es mentalizarse. El Málaga tiene una virtud con jugadores veteranos. Hay jugadores capacitados. En el Xerez al principio hubo resultados negativos, pero lo que estabas haciendo al final salió adelante. Había una base importante y creo que el Málaga la tiene. Ahora no se pueden hacer experimentos. Hay que remar todos en la misma dirección. Incluida la afición que sé que está dolida, como lo estamos todos, porque no nos gusta la situación. Incluidos los medios de comunicación. No es lo mismo ser periodistas en Segunda que en Primera RFEF.

-Pero, siendo sincero y con la distancia que dan esos 15 años transcurridos, ¿usted creía en la permanencia cuando se vio ahí, a ocho puntos de la permanencia a 15 jornadas del final?

-No fue una sorpresa, porque sabía donde me metía. Tenía conocimiento de esa plantilla y lo que podía hacer, y tenía tiempo. Había jugadores capacitados. Muchos pudieron jugar luego en Primera y eso no es fácil.

-Sumó 30 puntos en esas quince jornadas finales. Dos por partido. Con jugadores como Viqueira, Yordi, Pedro Ríos, Aythami, Mendoza, Abel Aguilar, Vicente Moreno... El último luego ha sido un gran entrenador...

-Sí, empezaron a hacer el curso de entrenadores en Madrid él y Viqueira. Lo que no es fácil es empezar a entrenar. La virtud que tenemos los exjugadores es saber cómo manejar un vestuario, cómo dirigirte a los futbolistas. No quiero decir con eso que el que no haya sido jugador no puede ser entrenador. Pero la cercanía con el técnico exfutbolista es mayor.

-¿Son precisamente ese tipo de jugadores los que faltan en el vestuario del Málaga?

-El problema con la gente veterana es que habrá gente a la que tienes que convencer de que no pueden jugar 90 minutos, pero sí 45 buenos, mejores incluso que otros futbolistas. Ahora lo importante es sentarse todos. El futbolista tiene problemas y hay que intentar averiguarlos. Que dejen de ganar queda en un segundo plano. Hay que tratar de ayudar. No todos los días se está bien y el futbolista tiene que estar lo más relajado posible. Se entrena como se juega. Si te entrenas bien acabarás jugando bien.

-Pero el Málaga vive toda la temporada en zona de descenso, y eso es un calvario...

-Si el resultado no viene, el mismo futbolista interiormente piensa que lo que se está haciendo no está bien. Tienes que convencerte de que lo que se está haciendo está bien. El Málaga no necesita más que dos victorias. Si gana dos partidos consecutivos no lo echa para atrás nadie más.

-¿Por qué cree que el equipo se ha metido ahí? El 99 por ciento de los aficionados no lo pensaba este verano...

-El gran error es lo que se vende al principio de temporada. No hay nadie que no diga que hemos hecho un equipo para estar arriba, pero en el fútbol dos y dos no son cuatro y a las pruebas me remito. El Málaga puede tener 12.000, 14.000 o 18.000 abonados, eso no se los quita nadie, pero el problema es el objetivo que se vende, porque si no, no llevaríamos tres entrenadores. Si se vende que tenemos plantilla para estar entre los tres primeros es echarte tierra en tu tejado.

-¿Cree que la Segunda actual es más complicada aún que la de entonces?

-Siempre ha habido equipos buenos y jugadores determinantes y los sigue habiendo, pero el nivel del futbolista ha bajado, y no sé por qué. La Segunda también ha bajado. ¿Cuántos años llevan el Zaragoza o el Sporting en Segunda? Es complicado. Y a partir de la segunda vuelta se pone todo peor. Un punto para los equipos ya es importante, tanto para el que está arriba como para el de abajo. Los partidos se ganan por 1-0, en una jugada de estrategia. Hay más conocimiento de los rivales, más 'scouting', pero al final eso te calienta la cabeza y no trabajas en lo que tienes que trabajar para jugar bien. Cuanto mejor se juegue, más fácil es ganar.

-Acaban de darse dos expulsiones incomprensibles de jugadores en las dos últimas jornadas… ¿Cómo se analiza eso? ¿Es un síntoma de un equipo desquiciado?

-Si lo miramos por ahí, es preocupante. Quiero entender que en cualquier momento te puedes calentar, pero está fuera de lugar. Lo importante es que el futbolista sepa que ha cometido un grave error, y yo se lo he escuchado decir.

-¿Rubén Castro no hace goles porque no se le aprovecha o porque está en el ocaso definitivo?

-Estamos hablando de un jugador al que conocemos desde hace muchos años. Dígame un equipo en el que haya estado en el que no haya metido entre 14 o 15 goles. Has firmado a Rubén, con una edad, pero el que llega a esa edad es porque está bien. Hay que aprovecharle donde realmente es bueno. Si no lo aprovechas donde no es bueno, que defienda a medio campo y que luego llegue y entre por banda… No, vamos a analizar qué pasa. Dónde está, qué está haciendo. Nunca está en el medio y cuando llega es tarde, porque está atrás. Si está para jugar menos minutos, hay que decírselo. No es tonto. Prefiero 45 minutos o 60 que no arrastrarse por el campo, que los perjudicados son él y el equipo.

-¿Cree que la situación institucional del club tampoco ayuda?

-Claro que influye, pero si los resultados hubiesen sido buenos no estaríamos hablando de eso. El club debe preocuparse de que el futbolista esté bien, que cobre en su trabajo y de su exigencia, nada más.

-¿Llegará el día en que se unan los destinos del Málaga y Esteban? ¿Algún proyecto para entrenar en los últimos tiempos o ya se ha retirado?

-Yo no lo he dejado. Estoy capacitado. He tenido posibilidad de entrenar, pero no me ha convencido lo que ha venido. No todo se puede coger, sobre todo de fuera de aquí. He tenido ofertas y también experiencias desagradables. Veo partidos y sí, llevo tiempo sin entrenar, pero esto no ha cambiado. Es lo que me gusta hacer.