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Mañana será un partido especial para Pablo Clavería (Madrid, 1996). El centrocampista, titular en un Fuenlabrada, que es el equipo revelación de Segunda (3º con 24 puntos) en su debut histórico de la categoría, vuelve a Málaga, la ciudad que le brindó una maduración ... agridulce pero clave en su carrera hacia el profesionalismo. Solo estuvo una temporada en el club malagueño, concretamente en el filial, pero le surgieron tantas experiencias que acabó curtido de su mili por la Costa del Sol.
Llegó en agosto de 2017 a la disciplina blanquiazul tras cerrar una etapa en el Rayo Vallecano, club con el que disfrutó de jugar ocho minutos en Primera. Un debut de la mano de Paco Jémez, donde curiosamente entró por el malagueño Raúl Baena. Luego Clavería también participó con el primer equipo de la mano de Sandoval en Segunda, pero vio que su etapa en el club de Vallecas se acabó y apostó por la oferta del Málaga, que lo fichó con la intención de que progresara al primer equipo. Una meta que se vio frustrada por una inesperada rotura de menisco que le hizo perderse más de media temporada. Fue unos días después de que viajase por primera vez con el primer equipo malaguista, en ese momento entrenador por Míchel, para una convocatoria de Copa del Rey en Soria para jugar frente al Numancia, aunque no tuvo minutos.
Tras el descenso del primer equipo a Segunda, a pesar de ascender con el filial a Segunda B, consideró que era mejor volver a Madrid y lograr hacerse un hueco en un Fuenlabrada que ya llevaba varias temporadas intentando ser de Segunda. Y allí sí encontró la mejor cara del fútbol. Sin lesiones y con un ascenso histórico siendo indiscutible. Ahora, el mismo Clavería repasa para SUR todos esos momentos y confiesa su emoción por el partido.
-Empecemos repasamos su paso por Málaga...
-A ver... se presentó la oportunidad de ir y pensé que en el Rayo ya había cerrado una etapa, entonces decidí irme para allí. Me fui solo en una nueva aventura para intentar ascender al primer equipo (un caso parecido al de Keidi, ahora sí en el primer equipo malaguista). Pero tuve muy mala suerte con la lesión».
-¿Cómo recuerda ese episodio ya pasado el tiempo?
-Pues empecé muy bien e incluso comenzaba a entrenar con el primer equipo y fui a una convocatoria en Copa. Después de la lesión solo jugué los últimos seis partidos de Liga y los dos partidos de 'play off' contra el Yeclano. La verdad es que, a pesar de la lesión, después de una temporada quedé enamorado de la ciudad. Pero tengo ese mal sabor de boca cuando pienso sobre qué podía haber pasado si no hubiera sido por la lesión. Pero me quedo con los buenos recuerdos junto a los compañeros, porque formamos una verdadera familia. De los que estuvimos tengo relación aún con muchos, pero que queden en el club, pocos. Quizás Iván Rodríguez, pero ya hace tiempo que hablé con él. Está en una situación que no se la deseo a nadie. Me lo cuenta, pero no lo imaginamos, tiene que ser bastante jodido. Luego, de ese equipo mantengo contacto también con Jack Harper, Samu Casado, Alberto López, Altamirano, Sergio Chica o Ian Soler. Hicimos, la verdad, un equipo bastante bueno. Guardo buena relación con bastantes de ellos (en la foto inferior aparece junto a Harper a su derecha, y Deco, Iván y Abeledo debajo).
Una vida de fútbol: Es hijo del mítico guardameta de fútbol-sala Jesús Clavería, que ganó un Mundial y dos Europeos con la selección española y jugó quince campañas en el Interviú Boomerang (ahora Inter Movistar). Destacó desde pequeño por su capacidad para organizar el juego y por su inteligencia y calidad con el balón, militó en las categorías inferiores del Getafe y del Atlético de Madrid antes de fichar con 14 años por el Rayo. Allí ganó la Liga y la Copa del Rey como juvenil. Ya como canterano fue verdugo del juvenil del Málaga en la Copa de Campeones de juveniles de 2015 celebrada en Almuñécar. Su gol eliminó a los canteranos malaguistas.
Tres exmalaguistas en el Fuenlabrada: Además de Pablo Clavería, hay dos jugadores más con pasado malaguista en el equipo. El más reciente, el delantero Héctor Hernández, que volverá a La Rosaleda con un historial residual. Solo 12 minutos en Liga este curso tras debutar la semana pasada contra el Deportivo de una lesión de larga duración. Y otro es el portero Pol Freixanet, que jugó en la cantera malaguista y era habitual del primer equipo desde 2011 a 2013. Asume el rol de suplente de Biel Ribas en el equipo madrileño.
-¿Por qué salió del club?
-El filial subió a Segunda B y el primer equipo bajó a Segunda, y la oferta que me hicieron consideramos que podía ser mejor y, como había pasado los malos momentos de la lesión, pensé que era el momento de volverme a Madrid. Y la verdad que acerté viniendo aquí, donde conseguí ganarme el puesto que conservo de momento. En el Fuenlabrada ya estaban haciendo un trabajo bastante bueno y al final coincidió con el año en el que se pudo subir a Segunda (por primera vez en la historia del club). Fue un año increíble.
-¿Cómo ve al Málaga ahora?
- No podría decir nada concreto. Podemos leer y escuchar muchas cosas, pero hay que estar ahí para entenderlo mejor. Nosotros vemos la plantilla del Málaga como un equipazo. Es un gran equipo también por su historia. Estamos convencidos de que será un partido complicado.
-Pero ustedes son la revelación...
-Pues sí. Al inicio de una temporada como la de ahora, con todo nuevo, intentamos ser prudentes. Nosotros nos marcamos el objetivo de la permanencia y ahora, con lo que hemos conseguido, pues lo vemos un poco más cerca, pero sigue siendo el mismo objetivo. Al final, cuando uno trabaja y tiene un resultado así sorprende, pero a la vez motiva.
-Y es usted un protagonista directo. Titular indiscutible...
-La verdad es que desde que llegué el míster me dio mucha confianza (ha jugado 13 partidos como titular en 14 jornadas y solo se perdió una por molestias físicas). El equipo me lo puso muy fácil. Fue natural. Estoy contento y muy agradecido por estar en este grupo.
-¿Cómo resume las armas de su equipo?
-Somos un equipo muy completo, porque intentamos dominar casi todas las fases del juego. Jugamos con inteligencia y solidaridad, porque esa unión es nuestra fuerza. Pero luego está lo que te determina el partido. Sin ir más lejos, en el último ante el Deportivo fuimos capaces de gestionar la posesión de balón. Eso creo que lo va determinando el encuentro.
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