Esperando a Jairo, Jozabed, Matos y Orlando Sá

«No tengo quejas de la actitud de ningún futbolista», ha reiterado Pellicer cada vez que surgen dudas sobre el rendimiento de algún jugador. Los cuatro citados llegaron al club con la necesidad de recuperar el tiempo perdido y por esa razón los propios técnicos pidieron calma en los casos del lateral izquierdo, el volante, el extremo y el delantero centro. Es más, desde el comienzo se fue con pies de plomo en la preparación física para evitar lesiones, especialmente con Orlando Sá.

Después del primer cuatrimestre las ilusiones de los cuatro futbolistas por sentirse imprescindibles se han diluido. Demasiado llamativo es el caso del delantero centro portugués, que únicamente en la cita copera en el campo del Coruxo pudo sentirse feliz por su rendimiento. Los números no admiten discusión sobre el papel casi intrascendente del portugués, que además cuando empezaba a coger el ritmo en el arranque de la temporada sufrió un revés físico que lo obligó a parar. En su caso han influido también sus características de ariete puro –que invitan más a buscar el juego directo y continuos centros–, pero es evidente que, a pesar de que sólo se quedó fuera de las convocatorias dos veces por lesión, su largo periodo de inactividad la campaña anterior pasa factura. Conclusión: ha disputado 14 encuentros, pero sólo en tres ha sido titular y ninguno de estos completo.

El jugador más afectado por las lesiones es Matos, al que los problemas físicos no le han permitido tener continuidad, salvo en el tramo inicial de la Liga. Ahora encadena cuatro partidos en el dique seco. Es el polo opuesto a Orlando Sá, porque casi siempre que ha estado disponible ha sido titular (en 12 ocasiones) y ha completado nueve encuentros. En ocasiones fue convocado mermado, de ahí que se quedara en el banquillo o saliera en la recta final para disputar los últimos minutos. Sus pases de gol ante el Alcorcón y el Mirandés saben a poco.

Algo similar le sucede a Jairo, que ahora está inmerso en su segundo intento. Porque en el primero comenzaba a coger el ritmo y, sobre todo, confianza (cuatro titularidades en cinco encuentros) cuando tuvo que parar. Marcó ante el Albacete, se le vio con más chispa en el duelo copero con el Granada y, aunque a la sombra de la titularidad de Joaquín y Rahmani, el sábado estuvo participativo desde que saltó al campo y sirvió el centro que concluyó con remate de Rahmani a los pies de Caro tras un golpeo de cabeza de Caye Quintana en el segundo palo.

El caso de Jozabed es distinto, porque no llegó al Málaga con el lastre de muchos meses lesionado, sino con falta de confianza tras su paso por el Girona. Su dato era particularmente elocuente: desde la primera semana de octubre hasta el final del campeonato sólo jugó 111 minutos. Y tanto en la 'miniliga' como en los 'play-off' de ascenso estuvo inédito. Al sevillano le está costando lo indecible coger la forma, de ahí sus intermitencias en las alineaciones, independientemente de que tuvo que parar dos veces por problemas físicos. Por ello sólo ha sido titular en cuatro de sus trece actuaciones y siempre sustituido cuando se llevaba en torno a una hora de juego. Su gol al Mirandés también es un pobre bagaje.