Erik Morán: dos medios centro en uno

El Málaga ha perseguido fundamentalmente reforzar tres puestos en el mercado invernal, y siempre con un perfil concreto: un delantero puro (Seleznov), que complete las prestaciones de Harper o Blanco, con un juego más colectivo y quizás menos rematadores puros; un jugador de banda que aporte velocidad (el venezolano Machís es la primera opción, e Iván Alejo la segunda) y un 'pivote'. En este último caso, la necesidad era clara. Boulahroud no se ha adaptado a las exigencias del fútbol español y la categoría; Lacen, pese a su experiencia y profesionalidad, anda lejos de ofrecer el mejor tono de su carrera, y N'Diaye, el jugador con prestaciones más defensivas, se perderá el tramo decisivo de la temporada al jugar con Senegal la fase final de la Copa África. La cita, en Egipto, obliga a las selecciones a adelantar sus concentraciones, con lo que se perdería dos o tres jornadas al final y, en caso de jugarlo, el 'play-off'.

Sin embargo, la incorporación de Erik Morán, que puede cerrarse esta misma semana, implica un plus, al ser un jugador muy completo en sus prestaciones, además de mostrar experiencia en la categoría. Pero el jugador formado en el Athletic nunca pudo consolidarse en el primer equipo, con el que debutó en la Liga Europa el 6 de diciembre de 2012 ante el Sparta de Praga a las órdenes de Bielsa, pero en la Liga no lo hizo hasta abril de 2013. Luego tuvo algo más de continuidad a las órdenes del actual técnico del Barcelona, Ernesto Valverde (cursos 2013-14 y primera mitad del 2014-15).

Entonces se produjo su primera cesión, al Leganés, que se encontraba en Segunda. Su buen papel en el cuadro pepinero le valió su fichaje libre por el Zaragoza, donde completó una buena temporada y media también en la división de plata, aunque en un contexto de crisis del cuadro maño. A las órdenes de Popovic y Carreras fue adelantando algo su posición, pues estaba acostumbrado a ser el encargado de la salida de balón. El segundo tramo de la Liga 2016-17 lo cubrió en el Leganés, pero ya en Primera.

La pasada campaña fue la de su primer título importante, la Liga griega, conquistada a las órdenes de Manolo Jiménez en el AEK de Atenas. Pero esta campaña perdió protagonismo en un proyecto que embarrancó en la Champions y no despunta en el torneo doméstico. En total jugó cuatro duelos en la Liga, otros tantos en la Copa y dos en la fase de grupos de la máxima competición continental. Por eso quería salir.

Pese a su altura y recursos técnicos no brilla ni en el juego aéreo ni en la faceta realizadora –de hecho no ha marcado goles en Primera ni Segunda en España, pese a que sume más de un centenar de partidos entre ambas–, pero sí destaca por su seguridad con el balón y su excelente colocación en el campo. Con numerosos tatuajes y un nuevo 'look' con bigote y perilla, tampoco anda corto en cuanto a compromiso social, ya que fue noticia durante su periplo en Atenas por su colaboración con el drama de los incendios vivido en el pasado verano donando sangre y dinero.