Fue un episodio de esoterismo en La Rosaleda, para creer auténticamente en las cábalas. El Málaga marcó sus dos primeros goles exactamente en los mismos minutos que en su última comparecencia en el estadio de Martiricos. Para el que sea supersticioso o crea en fuerzas ... especiales, en biorritmos, quizás el ascenso esté escrito en el destino de este equipo. O quizás no.
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El caso es que el Málaga marcó en el minuto 16 y en el 20 de nuevo, y lo hizo en la misma portería, la del Fondo Norte. Hace dos semanas, a la misma hora y en el mismo día, un domingo, fue Roberto, en sendas definiciones a un solo toque contra el Atlético Baleares. Esta vez volvió a ser Roberto, pero no a la primera, sino en el segundo intento, tras revolverse desde el césped, medio desequilibrado (antes Serrano intentó derribarle, pero no pudo), el que hizo el 1-0. Lo que cambió es que el 2-0 no fue suyo, sino de Galilea, y este tanto tiene toda una explicación.
Para empezar fue en otro saque de esquina botado por Manu Molina desde la derecha del ataque del Málaga (como la mañana ante el Baleares), y prolongó al primer palo Avilés de cabeza para que definiera solo al segundo Galilea, con un toque cruzado con la zurda. Funcionó muy bien la jugada de estrategia, ensayada después en otras ocasiones de que el central y Genaro (que suele ser una de las principales vigilancias de los rivales a balón parado) se quedaron agarrados para evitar que se les pegaran las marcas, y el vasco sorprendió sin ningún rival estorbándole para definir en una segunda acción (tras la prolongación).
Hubo más de un brote verde en La Rosaleda. Para empezar la ventaja más tempranera de dos goles del curso, igualado con el duelo del Baleares. Además, la presencia como titulares de Avilés, por primera vez (en su tercer partido) y de Puga, que debutó y, además, lo hizo ofreciendo el pase del primer gol, para Roberto.
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Avilés, que podría ser una opción también para el ataque, formó en la banda izquierda, medió en el 2-0 y dispuso de una buena ocasión para el posible 3-0 en el área de meta, donde llegó por sorpresa para un buen centro de Ferreiro, en el el día en que se alinearon de salida por fin los tres fichajes invernales.
Además, el Málaga superó claramente en actitud y agresividad al rival, de ahí ese 2-0 y esa clara ocasión de Avilés en la primera media hora y, lo que es más importante, por primera vez derrota este curso a un rival en puestos de ascenso directo o de ‘play-off’, barrera que no había logrado franquear hasta el momento. Perdieron casi todos los de arriba (primero, segundo y quinto clasificados) y el Málaga les sacó tres puntos a todos ellos, además de dos al Córdoba, que empató in extremis (en el minuto 97) en Ceuta.
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