Álex Gallar (Tarrasa, 1992) es puro nervio. Contagia energía, claridad y seguridad. Se presenta como un pilar importante de la renovación del Málaga. Considera las dos primeras derrotas en la Liga como anecdóticas y confía en poder luchar por el ascenso esta temporada, sobre ... todo teniendo a uno de sus ídolos de su lado, Rubén Castro. Le considera una «leyenda viva». Ha caído de pie en el club blanquiazul:Es de la máxima confianza para el entrenador y está cumpliendo un sueño al jugar en el equipo de la tierra de su padre.
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-¿Cómo ha sentado la primera victoria de la temporada?
-Teníamos claro que debíamos completar un proceso porque apenas habíamos jugado juntos. Hubo mucho cambio de jugadores y de sistema. Había una necesidad de que se vieran resultados pronto y ganar nos ha venido bien para seguir creyendo en el camino que llevamos. Se recuperó a Fran Sol como titular, el sistema cambió y, obviamente, el Mirandés no es Las Palmas, es un equipo todavía en construcción.
-¿Sirvió el partido del Mirandés para ver mejor lo que se busca con este equipo? El renovado ataque cumplió e ilusiona...
-Si estamos todos a nuestro nivel, seremos uno de los mejores ataques de la Liga. Pero no depende sólo de nosotros. Igual que la portería a cero tampoco depende exclusivamente de los defensas. Cuantos mejores balones nos lleguen de atrás tendremos más oportunidades, y si los atacantes hacemos mejor la presión será más fácil para los defensas.
-¿Qué cambió el sábado pasado?
- La mentalidad de los futbolistas destacó. Veo que hay mucha gente que aún viene con lo sufrido el año pasado, que lo tienen muy dentro, y quizás no se sueltan tanto por eso.
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-En cada entrenamiento se le ve conversando con el entrenador, Guede. ¿Cómo es su relación?
-Hablamos mucho. Es una relación muy especial, pero al final también por el modo de vivir las cosas. Yo también soy muy pasional a la hora de vivir el fútbol y los vemos muchos partidos. Yo veo casi todos cada jornada. A veces simplemente hablamos de fútbol.
-¿Puede que usted le recuerde a sus años de jugador?
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-No sé, yo no le vi jugar. Sólo sé que le metió un 'hat-trick' al Terrasa, que es el equipo de mi ciudad y eso lo tengo marcado. No me acuerdo de haber visto ese partido porque era un recién nacido, pero mi padre me lo contó muchas veces porque para él fue un partido especial siendo de Málaga.
-Tiene raíces malagueñas...
-Sí, mi familia por parte de padre, que son todos nacidos en Torrox, y se trasladó a Barcelona hace muchos años. Mi padre nació en el 62 y antes de los 80 viajó a Cataluña. Por eso en mi casa siempre se ha vivido el Málaga de manera especial. Mi padre era futbolero y lo vivía desde lejos. En casa se era del equipo donde yo jugaba y del Málaga. Veíamos sus partidos antes y después de la Champions. Nosotros éramos fieles seguidores del Málaga por mi padre. Aunque él ya no esté presente, mi familia está muy contenta de que esté aquí.
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-¿Cómo fue cuándo el Málaga le dijo que quería ficharle?
-Fue especial, también porque me gustó jugar en La Rosaleda cuando he venido con otro equipo. Sentí muy buenas sensaciones aquí; e incluso cuando vine de rival. Manolo Gaspar (director deportivo) ya me dijo que a ver sí venía el siguiente año. Siempre he querido jugar en el Málaga, pero ya no solo por el vínculo familiar sino también por el equipo que es. Cuando hablamos y me dicen que iba a ser importante no hubo nada más porque es un deseo cumplido.
-Aún así tuvo que esperar...
-Tenía contrato en Girona. Era claro que allí no iba a seguir. No tenía hueco en Segunda, pues tampoco en Primera. No fue muy rápido, pero todas las partes le pusimos cariño a la negociación. Me contactaron antes incluso de empezar a fichar a otros jugadores. Fui una primera opción desde el principio, pero tenía que rescindir en el Girona. Por suerte todo salió bien. Estoy muy contento. Lo que estamos viviendo estas semanas no es la situación deportiva deseada, pero creemos en el proyecto y estoy seguro que va a ir a mejor.
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-¿Piensa que hablar abiertamente de ascenso y de plantilla suficiente genera presión?
-Quien se lo quiera tomar como presión se equivoca. Es un reto, una ambición y amor propio. Eso sí, hay que trabajar mucho. Es una Liga muy larga. Por eso, manteniendo la calma y trabajando podemos llegar a ser uno de los equipos que llamen la atención.
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-¿La plantilla es un atractivo para que vengan más jugadores?
-Supongo que sí. Hay jugadores de renombre, tenemos una estrella como Rubén Castro, y todo el mundo quiere rodearse de los mejores. Nosotros tenemos a un jugador que es historia viva.
-Esta es la tercera temporada que juega junto a Rubén Castro después de dos años en el Cartagena, ¿una conexión especial?
-Él es un tipo introvertido al que no le gusta hablar mucho ni que se hable de él. Tenemos una buena relación y nos entendemos en el campo. Yo tengo claro lo que va a hacer en cada jugada y sé donde le tengo que poner el balón. Sé que se mueve pronto para encontrar las debilidades del rival y la verdad es que te hace bueno los pases, las convierte en asistencias. Lo de Rubén normalmente acaba en gol.
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RENDIDO A RUBÉN CASTRO
-En Anduva se vio que fue el que más se alegró de su primer gol. Fue muy efusivo.
-Sé lo que significa para él. Está a muy pocos goles de ser el máximo goleador español de la historia. Tiene ganas y es consciente de que quizás ya no es el Rubén más rápido, pero sigue siendo el jugador más listo de la categoría. Tiene una gran ambición por hacer goles. Es muy especial. No es el más alto ni es el más rápido ni es el más fuerte, pero es el mejor. Yo se lo digo mucho. Con él te aseguras muchos goles. A los que hay que sumarle los que consigamos los que vengamos por detrás.
-Hablemos de usted. Ya cuenta con dos asistencias, ¿qué espera de su temporada?
-Quiero tener continuidad porque cuando un jugador tiene eso se suelta mucho más. Cuando ves que el míster confía en mí, como es el caso, pues juego más liberado. Es lo que me pide el entrenador y los compañeros. Por eso lo voy a intentar en cada jugada y voy a arriesgar. Lo que no puedo hacer es dejar de encarar o enfrentarme a los rivales.
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-El partido del domingo es una oportunidad de acabar con las malas sensaciones frente a Las Palmas y cortar una racha de más de nueve meses sin ganar en La Rosaleda.
-Si nos obsesionamos en agradar a la gente tendremos un problema. Lo que tenemos que hacer es salir para ganar y jugar con nuestras armas. Pero la racha tiene que acabarse. Fuera de casa hemos competido bien y si eso le sumamos recuperar confianza como locales nos hará mucho más fuertes en la Liga y estaremos más cerca del objetivo. Ante Las Palmas fue una sensación de impotencia.
-Hoy acaba el mercado de fichajes, ¿le presta atención?
-No estoy muy pendiente. Muchas veces me entero de las cosas cuando ya vengo por la mañana a entrenarme. La dirección deportiva y el cuerpo técnico están muy satisfechos con lo que hay y supongo que no le harán ascos a ningún futbolista que venga a ayudar. Pero por lo demás no tengo ni idea.
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