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La plantilla del Málaga se entrenó este lunes por la mañana en las instalaciones de La Rosaleda sin que todavía hubieran pasado 24 horas del último partido contra el Murcia en casa. Normal que los jugadores y el cuerpo técnico del equipo blanquiazul estuvieran aún dándole vueltas al nuevo empate como locales, y ya van tres consecutivos. Aunque por encima del lamento, por dejar escapar otros dos puntos, se instaló la indignación por la actuación arbitral sufrida por parte del colegiado extremeño Antonio Sánchez.
Los malaguistas se quejan sobre todo de un penalti no pitado sobre Víctor García y de la injusta expulsión por doble amarilla de Ferreiro, que condicionó drásticamente el tramo decisivo del encuentro. Los comentarios se sucedieron durante un entrenamiento que se centró en la recuperación física de los jugadores más cargados por el esfuerzo del fin de semana, y en ejercicios de posesión de balón y finalizaciones de jugadas para el resto de efectivos.
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Lo más positivo es que la enfermería se queda vacía tras la vuelta al grupo de Galilea y Juan Hernández, que quieren volver a la convocatoria el domingo. Sólo permanece de baja Haitam, lesionado de larga duración y sin ficha hasta la próxima campaña. El extremo progresa adecuadamente en la recuperación de su rodilla y esta semana tiene previsto empezar a trotar sobre el césped. Todavía le queda mucho por hacer, pero esto será un gran paso a nivel anímico también.
Por otro lado, Nelson Monte sufre una pequeña hinchazón en su mano derecha a causa de un golpe fortuito recibido durante la primera parte del partido contra el Murcia. De hecho, jugó la segunda mitad con una venda compresiva tras percatarse en el descanso de la inflamación. Se espera que quede en una anécdota y no corre peligro su presencia contra el Córdoba, donde la única baja hasta ahora es Ferreiro por sanción, quien está a la espera de si le quitan la segunda amarilla que recibió. Carlos Puga guardó reposo en casa por un resfriado este lunes, pero se le espera de vuelta en el próximo entrenamiento.
En cuanto a la sesión de entrenamiento que llevó a cabo el grupo que permaneció en el césped del Anexo, quedó patente que el Málaga sigue muy preocupado por su potencial ofensivo. Sólo ha hecho cinco goles en los últimos ocho partidos. Considera que están siendo demasiado previsibles y hay que ser más insistentes y precisos en la línea de tres cuartos. Pellicer mandó a trabajar transiciones rápidas con balón y sobre todo finalización de jugadas.
Un detalle interesante en este sentido se vio al final del entrenamiento, cuando el entrenador, Pellicer, se quedó conversando casi diez minutos con el delantero malagueño Dioni, quien reconoce que tiene que rendir más y ser más importante en el equipo. El técnico le mostró su confianza y espera que sea fundamental en los últimos partidos de Liga y en los 'play off' con sus goles y veteranía. Ante el Murcia recuperó ciertas sensaciones, pero necesita un tanto para liberarse.
Por último, causaron baja en el entrenamiento los canteranos Izan Merino y Antoñito Cordero, que esta semana estarán en Madrid para la concentración con la selección española sub-18 a la que han sido convocados. Disputarán un doble encuentro ante Suiza los días 23 y 25 de abril en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, y se le espera de vuelta a la ciudad el mismo jueves por la tarde. Este martes, la plantilla malaguista descansará para volver al trabajo el miércoles, y centrarse en su próximo rival: el Córdoba, el domingo a las 16.00 horas en el Nuevo Arcángel.
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