La afición del Málaga, a por el lleno en La Rosaleda con la ilusión de celebrar la permanencia

La reciente victoria en Tenerife ha despertado sensaciones positivas y muchos blanquiazules no quieren perderse el último partido de la temporada como local (el Málaga juega la última jornada de Liga en Lugo, el domingo 29 a las 18.30 horas, en principio). La entidad de Martiricos tiene datos para el optimismo, y es que en apenas dos días de promoción están cerca de agotar las entradas extra que los abonados pueden retirar para ir acompañados y ganarse un descuento del 20 por ciento en el carné de la siguiente campaña.

Al cierre de esta edición se superaban las 9.000 invitaciones descargadas, a lo que hay que sumarle las cerca de 4.000 entradas vendidas de manera ordinaria. Alrededor de 13.000 localidades confirmadas que se unen a los asientos fijos en cada partido que corresponden a los 13.300 socios. Es decir, el Málaga ya cuenta con un público potencial de 26.000 espectadores. Aunque todo esto está a la espera del porcentaje de asistencia entre los abonados.

En el partido contra el Oviedo, para el que el club también impulsó una promoción parecida (sin el premio del descuento sobre el abono del próximo curso) y se barajaron números parecidos, al final no se alcanzó el objetivo de superar la mejor entrada de la temporada (más de 22.000 personas contra Las Palmas el pasado noviembre). Por esto para el lleno es clave que los abonados y sus invitados no descarten ir al campo de última hora. En las oficinas de La Rosaleda piensan que esta vez es distinto porque la expectación es mucho mayor.

Así lo han admitido también varios exmalaguistas reconocidos a los que la entidad ha recurrido para ayudar a la promoción de la cita de este sábado. El más contundente es el expresidente Fernando Sanz, que habla de este encuentro como «un partido muy importante para la historia del Málaga». El extécnico Antonio Tapia añade que «ya hemos vivido situaciones similares y las hemos superado». Y el exjugador Weligton apeló a esa afición que le hizo sentir especial a él cuando vestía de corto la blanquiazul.

«Tenemos una afición de Primera y juntos somos capaces de sacar esto adelante. Necesitamos de vuestro apoyo. Los jugadores que sientan en su piel lo que yo sentí en su momento», reivindicó. Ismael Díaz Galán, quien fue entrenador del actual técnico malaguista, Guede, eligió recordar «aquella muchedumbre que nos gritaba: '¡Hoy no toca perder!» cuando en los albores del actual club se ascendió a Segunda.

Otra de las iniciativas que el Málaga está impulsando con sus aficionados es la creación de un gran tifo para mejorar el ambiente previo en La Rosaleda y contagiar a los jugadores, que también van a disfrutar de vivir un gran recibimiento a su llegada al estadio (a las 18.00 horas en la recta de Tribuna, la Avenida de La Palmilla). También se están preparando otras acciones para los aficionados, como animación extra con regalos malaguistas y pintacaras. El objetivo es crear un ambiente festivo, aunque lo que toque celebrar sea una permanencia en Segunda. Ahora mismo esta es la final del Málaga y es fundamental una victoria.