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Málaga está volcada para que su equipo de fútbol regrese al fútbol profesional lo antes posible. El primer paso es superar la eliminatoria contra el Celta de Vigo B para acceder a las finales de los 'play off' y el partido decisivo para ello será el próximo sábado 8 de junio (19.30 horas). Pues bien, con casi una semana de antelación ya están casi todas las entradas vendidas para el encuentro en La Rosaleda. La operación 30.000 marcha bien.
Sólo hay que echar un vistazo en la web oficial del club malaguista para comprobar que en la mayoría de los sectores ya no quedan localidades disponibles, por lo que en las próximas horas podría colgarse el cartel de 'no hay billetes' en las taquillas de Martiricos. Según las fuentes consultadas por este medio, la entidad ha vendido ya un total de 8.400 entradas generales, lo que sumado a los poco más de 20.000 abonados (acceden gratis) y una partida de asientos reservado para compromisos comerciales y sociales dan el total de ocupación de La Rosaleda, donde caben algo más de 30.000 personas.
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Sin embargo, que no cunda el pánico entre los más rezagados que se han quedado sin opción de entrada, ya que sólo quedan las más caras. El Málaga prevé que haya más localidades disponibles en las últimas 72 horas antes del partido de los asientos liberados por parte de los abonados que no retiren su entrada sin coste. Y es que el club quiere reducir al máximo la habitual tasa de absentismo, que suele rondar el 10% de media.
Con este objetivo, la entidad blanquiazul exige a sus abonados que hayan ido sólo a cinco partidos o menos durante la temporada regular que se descarguen su invitación para acceder al Málaga-Celta B con 72 horas de antelación. En el caso de no ejecutar esta opción, a través de la web o app y en las taquillas, estos socios perderán su sitio y saldrá a la venta para el público general.
Días atrás, antes de que se jugase la ida en Balaídos, donde el equipo se trajo un empate (2-2) que fue positivo, el Málaga ya se dirigió a sus abonados para pedirle el compromiso de venir a La Rosaleda o en el caso de no poder asistir que deje su hueco libre a otros aficionados. Sólo de esta manera se podrá conseguir el lleno real en La Rosaleda, con 30.000 almas. Y es que durante la Liga se han agotado las entradas en hasta tres ocasiones, pero luego la cifra de asistencia no ha pasado de los 26.130 espectadores registrados en la victoria malaguista contra el Ibiza.
En su carta a los abonados, el Málaga rogó para que La Rosaleda sea «un hervidero». «¡No puede quedar un asiento libre! Con esta plantilla, este cuerpo técnico y esta afición, está claro que lo vamos a hacer». Desde la entidad también aprovechan para «dar las gracias en mayúsculas» por el apoyo y «también pedir perdón por las veces que nos hemos equivocado».
Además, el pasado jueves, el director general del Málaga, Kike Pérez, informó en una entrevista en la Cadena Ser que «estamos trabajando en un recibimiento, un gran mosaico, pintacaras... Intentaremos calentar el partido, pero no solo la semana que viene, ahora ya estamos con la campaña Málaga por bandera (iniciativa que llama a colgar las banderas malaguistas en los balcones). El mosaico será blanquiazul, intentaremos que lo que hagamos sea de la mejor manera posible para que los aficionados estén orgullosos de su club».
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