MAVALPHOTO

La emotiva y multitudinaria despedida de Pablo Guede del Málaga

La plantilla, 'staff', dirección, personal del Málaga y familia del extécnico quisieron estar presentes en la última comparecencia del argentino en La Rosaleda

Jueves, 22 de septiembre 2022, 14:50

Justo tras acabar la rueda de prensa de presentación de Pepe Mel este miércoles como nuevo entrenador malaguista, el club hizo un anuncio inesperado. No es habitual, de hecho, no hay precedentes (al menos recientes) de algo como lo que sucedió este jueves. Pablo Guede citó a los medios en la sala de prensa Juan Cortés de La Rosaleda, le debía quizá una explicación al mundo, o al menos, una despedida en la que él dedicara unos minutos a comentar cómo ha vivido estos últimos instantes de agonía al frente del trabajo de su vida.

Publicidad

No cabía un alfiler en la sala. Cuando la prensa ya estaba lista para el inicio de la comparecencia, llegaron en manada todos los jugadores del primer equipo, su 'staff', personal vario del club (prensa, administración…), y por supuesto, los consejeros Martín Aguilar, Ben Barek y Ruiz Guerra, el administrador judicial José María Muñoz y el director deportivo, Manolo Gaspar. Guardaron unos sitios privilegiados, en primera fila, para las personas más importantes de la vida de Guede: su mujer, su hijo y su hija, acompañados por su representante.

Prácticamente en el mismo instante en que el extécnico llegó al atril y observó a toda esa gente, rompió a llorar. Aludió rápido a su habitual tono bromista y sus ironías para intentar 'quitar hierro' al asunto, y sobre todo, poder contener la emoción y comenzar su discurso. Su familia estaba casi tan emocionada y tensa como él. Aunque la sensación que transmitió el argentino, desde el minuto uno, no fue la de tristeza o desolación, fue la de orgullo, la de la satisfacción de haber cumplido, como él mismo dijo, el sueño de su vida.

No se escondió, su experiencia como entrenador no salió como esperaba o como hubiera deseado y por ello, consciente de la situación, explicó que fue en una charla con José María Muñoz y Manolo Gaspar cuando decidieron, entre las partes, poner fin a esta etapa, cerrar su capítulo en el Málaga; una despedida oficial, no un hasta pronto. Guede necesitaba marcharse cuando todavía había margen de actuación para que el equipo de su vida (junto al San Lorenzo) pudiera cumplir sus objetivos, aunque fuese con él viendo los partidos desde la grada.

Tuvo que parar en varias ocasiones durante su discurso; necesitaba coger aire para no ahogarse en un mar de lágrimas. Esbozó varias sonrisas intentando buscar las miradas cómplices en un público hundido en la tristeza, y eso les animó, sobre todo a los jugadores y personal del club, que siempre le recordarán así, con una personalidad arrolladora y con sus mejores intenciones, porque al margen de su papel como entrenador, Pablo Guede siempre será un malaguista de corazón y de honor.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad