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El Málaga progresa adecuadamente en su incierto periplo en Primera RFEF. Completada una quinta parte del camino, el balance es positivo, pero con matices. Es evidente que hay capítulos en los que necesita mejorar, y la principal preocupación es que el ineludible objetivo del ... ascenso, esa palabra que ninguno de los protagonistas pronuncia en un alarde de humildad, sólo está al alcance del primero de su grupo, el 2. Otros cuatro equipos (del segundo al quinto) aspirarán a otras dos plazas cruzándose con los del grupo 1, en unos 'play-off' muy inciertos y que evocan muchas experiencias negativas, la última en 2019 en Riazor (4-2), en las semifinales de la fase de ascenso a Primera. El Málaga llegaba como un tiro a ese duelo y tuvo fases de lucidez en el partido, pero no fue suficiente.
Para cualquier equipo en una liga regular de 38 partidos, ese balance sería sobresaliente, sumado a un empate y una sola derrota. Pero no tanto para el Málaga en Primera RFEF, en un formato que sólo premia directamente al campeón y habiendo sufrido el único tropiezo ante el líder y, a día de hoy, el principal rival directo, un Castellón, que promedia casi tres goles por partido, con un 'carrilero' con cuatro dianas, ultraofensivo, que impone un ritmo altísimo en el inicio de los partidos, con el único técnico foráneo de la categoría y que ya jugó la final por el ascenso a Segunda hace unos meses. Eso sí, los resultados despejan las dudas sobre la confección de la plantilla este verano, cuando se temió por un número corto de fichajes. De momento, el equipo responde y, sobre todo, se muestra muy superior a muchos de los rivales, si no durante los noventa minutos, en amplias fases de los encuentros. Y hay más: en el grupo 1, el rival más parecido al Málaga por historial, masa social, potencial y aspiraciones, el Deportivo, está a diez puntos de la cabeza ahora mismo.
Una certeza. Si había dudas sobre ella, hace semanas que quedaron despejadas. Hizo tabla rasa con la profunda decepción del descenso y lo está dando todo. Se ha volcado en todos los aspectos: 19.000 abonados, una amplia cifra de desplazados en los derbis por la comunidad y cifras crecientes de público en La Rosaleda, cerca ya de los 25.000 el jueves ante el Melilla. Este apoyo es vital. El equipo no ha cedido puntos de local todavía y, en el caso de jugar una hipotética fase de ascenso, puede marcar diferencias en eliminatorias muy cerradas ante rivales que no puedan crear el mismo ambiente en casa.
De los seis triunfos hasta ahora del Málaga, cinco han sido por la mínima, uno de ellos in extremis y afortunado (ante el Atlético B) y los tres últimos manejando durante muchos minutos una renta de 1-0 (ante Linares, San Fernando y Melilla) de una forma cada vez más agobiante. De hecho, el jueves estuvieron cerca de escaparse dos puntos. Como ha reconocido Pellicer, «creo que en el último tercio del campo hay margen de mejora». El equipo por momentos no rentabiliza en goles su superioridad en el campo.
Seis triunfos, un empate y una derrota. Podría dar para ser líder en circunstancias normales, pero el Málaga no lo es. Con un partido más jugado, mañana podría ser tercero, cuando se celebre el resto de la jornada, en función de lo que suceda al mediodía (desde las 12.00 horas) en el Ceuta-Castellón y el Ibiza-Recreativo de Huelva. Esto da idea de que hay más rivales que están bien, y no cabe incurrir en la complacencia, sino en trabajar a diario para ofrecer una línea de continuidad.
El Málaga tiene dos líderes en los puestos clave, la portería y el ataque. Alfonso Herrero está respondiendo bajo los palos y no se le puede acusar de poder haber hecho algo más en ninguno de los goles encajados. Dioni es ya el máximo goleador del equipo, con cuatro dianas, pero no lo juega todo (79% de los minutos), habiendo completado dos partidos de los ocho y siendo suplente en Huelva. Más allá de los datos de participación, ejerce más de segundo punta, por su lectura del juego, y eso le impide estar más cerca de la zona de remate y disponer de un mayor número de opciones para ver puerta. Sacar el mayor partido de Dioni es una de las cuestiones pendientes en lo táctico en este Málaga.
Moviéndose en torno a un once base, el Málaga ha rotado en estos dos últimos partidos, al haber menos tiempo de recuperación, y en cierta medida se ha apreciado que la plantilla no es tan profunda. De momento Gabilondo no tiene rival, rotan tres centrales, Genaro y Sangalli brillan más como medios centro, y Roberto y Dioni forman la mejor pareja de ataque.
El Málaga de este primer tramo de la campaña no está al completo, porque aún no han podido reaparecer Ramón ni Haitam, llamados a ser importantes. El granadino, si alcanza su mejor nivel de confianza, puede aportar mucho en la circulación del balón.
La categoría no registra en algunos de sus partidos la igualdad que en el fútbol profesional. El Melilla sigue sin ganar, ocho jornadas después, y el Sestao, del grupo 1, tuvo que esperar al final de la séptima jornada para marcar su primer gol. La sensación, más cerca de la certeza que de la duda, es que el grupo 2 parece de menor nivel medio que el 1, pese a los problemas del Deportivo, sobre todo en lo que concierne a los tres o cuatro primeros clasificados.
Había mucho temor a la ausencia del VAR y sus consecuencias en el juego. A la hora de la verdad, tras ocho jornadas disputadas, el Málaga no se ha sentido víctima de ningún arbitraje que le haya podido privar de algún punto y han sido escasas las reclamaciones en lo concerniente a expulsiones, penaltis o algún fuera de juego dudosos.
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