El Málaga saca de nuevo su peor cara fuera de casa y pierde 3-0 en Burgos

Fue el propio técnico malaguista quien puso deberes después del triunfo frente a Las Palmas, confiado en un acelerón en los últimos cuatro compromisos del año para alcanzar el ecuador del campeonato estabilizado entre los mejores. Incluso, a efectos numéricos, con una cifra de puntos que suponga la mitad del recorrido necesario para acceder a las eliminatorias de ascenso. Tiene claro el asturiano que se requiere no fallar frente a los rivales en el calendario a corto plazo (Burgos, Amorebieta, Eibar y Leganés). Ya sólo queda comprobar si la evaluación se completa con ese 'progresa adecuadamente' en las actuaciones a domicilio para no verse abocado a menos de un notable gracias únicamente al sustento de los resultados en casa.

Como suele ocurrir en el fútbol (y es tan habitual en Segunda), tan pronto se enlaza una racha positiva como se suceden los contratiempos en un corto periodo. Y al Málaga le ha llegado la hora de esta dinámica adversa en forma de lesiones. Para colmo, todas se han producido en la zona central, una en la defensa (Juande) y dos más adelante (Ramón y Jozabed). Este último, que en realidad figura en el cupo de los delanteros que emplea el técnico porque se desenvuelve más arriba –aunque el equipo bien que nota cuando él recibe entre línea–, también estará varias semanas de baja.

Como contrapeso a estas ausencias José Alberto recupera a Genaro una vez cumplida su sanción por acumulación de amonestaciones. De este modo, para esta tarde sí están resueltos los problemas con las parejas Lombán-Peybernes y Escassi-Genaro, así que la verdadera incógnita se centra en saber si el entrenador blanquiazul moverá ficha arriba; es decir, si repescará para la titularidad a Antoñín, Kevin o Sekou en la vacante que deja Jozabed.

A tenor de lo presenciado en las últimas semanas parece más rival para el Málaga el frío que hará en El Plantío que el Burgos, pero no es así. Es cierto que se prevé una temperatura de tres grados al comienzo del encuentro (con una sensación térmica de dos bajo cero) y que en un momento dado no debe descartarse que el terreno de juego se convierta en una pista de patinaje. No obstante, es obligado incidir en algunos detalles del rival porque como el equipo blanquiazul salga otra vez excesivamente contemplativo puede pagarlo muy caro. El cuadro castellano arranca los partidos a un ritmo alto y sólo sus dificultades para ver puerta le impiden ponerse por delante en el marcador. De hecho, ha marcado un solo tanto en los cinco últimos partidos, aunque en su histórico recinto ha superado a adversarios de superior nivel como el Valladolid, el Mirandés, el Huesca y la Ponferradina.

Además, el Burgos cuenta con un amplio repertorio a balón parado, aspecto que no debe pasar inadvertido porque precisamente la falta de concentración en la estrategia defensiva ha sido un mal endémico del Málaga a domicilio. Igualmente, el conjunto de Julián Calero, que ha alternado defensas de cuatro y otras con la base de tres centrales, emplea el golpeo en largo (en no pocas ocasiones por parte del portero) para presionar arriba a su rival. Frente a ello, el conjunto blanquiazul debe demostrar que no valen excusas y que, ante todo, dispone arriba de futbolistas de más calidad para decidir el partido y acabar al fin con la sequía de victorias fuera.