Guede, entre lágrimas: «Me voy orgulloso por haber cumplido el sueño de mi vida; soy un privilegiado»

Su comparecencia arrancó así: «Hace 25 años viví lo mejor y me hice malagueño. Me tocó marchar con la ilusión de volver. Volví en una situación jodida y había que poner el pecho a las balas. El objetivo era salvar el descenso, pero con el malaguismo unido no había manera de poder con nosotros». Con las lágrimas brotando, añadió: «Armamos este gran proyecto con este maravilloso grupo de futbolistas con el objetivo de llevar al equipo donde se merece».

«Me quería despedir como este club se merece. Muchas veces los sentimientos son más fuertes que la realidad. Esto es fútbol. Lo que realmente queda son las personas, y me llevo un montón de amigos», comentó el técnico, a la vez que agradeció a todos los componentes del Málaga, desde el administrador, José María Muñoz, o Manolo Gaspar hasta el resto de trabajadores de la entidad. Desde los empleados de seguridad hasta los utilleros, sin olvidarse de algunos detalles concretos de jugadores u otras personas cercanas en su labor, como su familia.

Recordó el abrazo con su hijo en La Rosaleda después de tantos años de ausencia y afirmó que la decisión de su salida la tomaron entre los tres (Muñoz, Manolo y él mismo). Pero no quiere justificar de ninguna manera los malos resultados y tiene dudas sobre si se pudo evitar su marcha: «La realidad es que no voy a poner excusas. Todos sabemos las circunstancias por las que pasamos. Y acabamos con una situación de Juanfran con un no penalti... Los resultados son los que son, y siempre mandan. Se podía haber evitado o no, pero hay que aceptar la realidad».

Insistió una y otra vez en los elogios a los futbolistas y a la plantilla que se ha formado en el Málaga. «Este grupo está destinado al éxito por todo. Les dije que no bajen los brazos. Hay que seguir, porque el fútbol no se queda con nada de nadie», subrayó, mientras que desveló que seguirá en Málaga: «Es una despedida. No sé lo que voy a hacer en mi vida. Me voy a quedar a vivir aquí. Es una despedida porque no sé qué rumbo voy a tomar. Ahora toca otra cosa. Y estaré el sábado en el campo con mis cinco abonos».

Guede consideró que no tiene nada que reprocharse a él mismo ni a nadie. «No tengo ninguna espinita. El motor de las personas son los sueños con los que se mueven. Como jugador logré ascender tres veces y salir campeón otras tres. Como entrenador tenía el sueño de entrenar al San Lorenzo y al Málaga, y los cumplí. Soy un privilegiado. Tuve la suerte de salir campeón con el San Lorenzo. Como jugador ascendí con el Málaga y ahora lo he entrenado. No tengo ninguna espinita», aseguró.

Y cierra su comparecencia con más muestras de cariño y agradecimiento. «No me escondo. Sabemos los resultados que hemos tenido. No tengo por qué esconderme. La verdad es que esto me llena de orgullo. Me llevo un montón de cariño. Porque no haya conseguido los objetivo no cambia mi cariño al club y a esta ciudad», dijo.