Desastre final del Málaga para regalar el partido en casa (0-2)

Parecía increíble que llegaran los goles y menos a la portería local, pero los errores se pagan. Hasta ese momento el resultado más justo era el empate, aunque el Málaga había hecho más méritos para adelantarse en varias oportunidades. Sin embargo, los cambios le funcionaron mejor al Cádiz y dos de sus recién salidos, el exmalaguista Matos y Melendo, fueron los verdugos de los blanquiazules, con Ontiveros ya en el vestuario.

La situación clasificatoria, de esta forma, se complica levemente para el Málaga, que se acerca a la zona peligrosa de una forma considerable, si bien hay más equipos implicados y todavía cinco puntos de renta. Las numerosas ausencias, los cambios y hasta la lluvia perjudicaron especialmente a los blanquiazules en su lucha por hacerse fuertes en casa en una cita muy atractiva en la que estrenaban una camiseta retro y tenían la opción de dar un salto en la clasificación.

Pellicer se vio obligado de entrada a apostar por una gran revolución. Las bajas y el estado de forma de sus jugadores forzaron que el entrenador hiciera seis cambios, más de medio equipo, en relación al once inicial de Almería. En algunos casos las decisiones fueron técnicas, si bien la mayoría de ellas obedecían a las numerosas ausencias de los habituales del equipo de Martiricos. Y arrancó el partido con precauciones por ambos bandos. Con el césped mojado y una menor asistencia en La Rosaleda, el público mostró su malestar con Ontiveros desde el primer instante, al que pitaba cada vez que tocaba el balón.

Los blanquiazules pidieron un penalti por mano dentro del área, pero el árbitro y el VAR no lo consideraron. El balón apenas circulaba por las áreas, lo que impedía que llegaran las oportunidades. Se superó el ecuador del primer tiempo sin que se registrase ningún remate a portería. Las imprecisiones eran constantes, lo que deslucía el juego en un partido caliente en el que el Málaga recordaba al equipo de hace 25 años al vestir la misma indumentaria (una camiseta retro recientemente presentada).

El Cádiz no inquietaba, pero el Málaga, tampoco. Todo ello hasta que el conjunto de Pellicer pudo enlazar una jugada de cierto nivel con pase final de Larrubia que habilitó a Antoñito, que estrelló el balón contra el portero contrario en una gran oportunidad para marcar. Pese a la ocasión, el once blanquiazul estaba atascado, sin brillar arriba. Respondía bien atrás, pero sufría en la creación de juego en un encuentro muy táctico. Se echaron de menos a los ausentes.

Tras el descanso el Málaga quería mejorar, entonarse un poco. Y con la ayuda de su público lo iba consiguiendo muy lentamente, aunque siempre muy pendiente del potencial visitante, centrado en Ontiveros. Y muy pronto Pellicer ordenó tres cambios a la vez, en busca de una reacción. Entraron Dioni, Lobete y Kevin . Y este último pudo marcar muy rápido, pero envió el balón fuera cuando en un remate algo escorado. El esfuerzo era titánico por parte local para solucionar los continuos errores, acentuados por la persistencia de la lluvia.

El miedo a perder impedía cualquier vistosidad. El agua caía cada vez con mayor intensidad, mientras que Ontiveros se retiró con una espectacular pitada. El Málaga quería avanzar sin éxito, mientras que el Cádiz ni siquiera inquietaba hasta que llegó el error, el fallo de muchas veces. Ahí apareció la opción y el gol tras un fallo de Puga. Melendo marcó tras el pase de Matos. Pero lo peor estaba cerca, dos minutos después, cuando se invirtieron las funciones y entonces fue Matos el que marcó en un contragolpe que sentenciaba el partido y confirmaba el desastre de los últimos minutos con una desconexión determinante. Un regalo. Fueron dos de los muy escasos disparos a puerta de los visitantes, que hasta ese momento no habían demostrado demasiada ambición.