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Del idilio con la grada, con la ceremonia de comunión al final de los partidos al «¡Jose Alberto, dimisión! y »¡Jugadores, mercenarios!« o »¡Esta camiseta no la merecéis!«. El Málaga ha pasado de ser el mejor equipo de las grandes ligas de Europa (entre Primera ... y Segunda) en su rendimiento como local, con 23 de los primeros 27 puntos, pero todo se ha torcido desde entonces, y ha llegado el divorcio. Es la ley del fútbol. Hasta Dani Martín, salvador en algún partido, no se libró de los pitos.
El malaguismo no perdona la deriva en que ha entrado el equipo, un club con la exigencia inherente del que se ve en una categoría que no es la suya. Del veintitrés de veintisiete al uno de doce (1-2 del Amorebieta, 0-2 del Leganés y 2-2 ante el Sporting antes del descalabro de este sábado), muy sangrante para un equipo que se quedó sin ganar fuera toda la primera vuelta y cuyo único triunfo a domicilio, el 0-1 en Alcorcón, más tarde, fue ciertamente afortunado.
No fue el caso del 0-5 ante el Ibiza, un equipo enrachado con la llegada de Paco Jémez al banquillo, con tres triunfos desde el cambio y once goles en dos partidos. El cuadro balear estuvo eficaz en ataque, pero dispuso de ocasiones para haber ampliado incluso la goleada.
En el debe de José Alberto, una alineación con dos medios centro (Ramón y Febas) que no son especialistas defensivos, fórmula que ya empleó en el buen segundo tiempo del equipo ante el Sporting, pero en otras circunstancias, con el equipo obligado a remontar (1-2 al descanso), que no era el caso ayer, ante un Ibiza, del que se intuía que con Paco Jémez al frente no iba a ser especulador y mordería en las transiciones, que castigaron una y otra vez a los locales.
«¡Estamos hasta los huevos!», prorrumpió la Grada de Animación impotente ante un Málaga que se ha venido abajo, sin solidez defensiva, sin recursos cara al gol (aunque su director deportivo, Manolo Gaspar, declaró en su última comparecencia que «no estamos buscando un delantero») y que podría tener la temporada ya hipotecada. Comenzó la jornada a seis puntos de los puestos de 'play-off' y podría quedarse este domingo a nueve, si el Girona derrota al Lugo en Montilivi, y la Ponferradina vence en Huesca.
El Málaga sufrió esta noche su peor resultado de local en algo más de ocho años. No se daba un tanteo en contra tan amplio desde otro 0-5, ante el Celta, con Bernd Schuster al frente del equipo. En aquella ocasión fue en Primera División, lo que resulta algo menos hiriente por la exigencia de la categoría. Fue el 26 de octubre de 2013, con goles de Álex López (dos), Augusto Fernández, Nolito y Charles.
También hubo un 5-0 en Mestalla (ante el Valencia) en el comienzo de la temporada 2017-18, de nuevo en la élite. Sin embargo, en el ciclo actual en Segunda no hubo marcadores tan adversos. Lo más parecido fueron sendos 4-0 en Vallecas y Ponferrada, uno en la temporada 2019-20 y el otro al comienzo de este curso, en otra pésima actuación del equipo.
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