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No se sabe bien si porque llega el Cádiz a La Rosaleda, el viento sopla de lo lindo en el estadio de Martiricos. Se celebra un derbi en las alturas. Un duelo de rivalidad caprichosamente espaciado en los últimos años, que no se daba desde la campaña 2007-08 y que mide a dos claros aspirantes al ascenso, dentro de un amplio elenco de candidatos que se irá cribando. La confrontación la marca una curiosísima circunstancia: el Cádiz, que estuvo en zona de descenso y a quince puntos del Málaga tras la jornada novena, podría adelantar a su rival de esta noche en la tabla en caso de encadenar su octava victoria seguida.
En esta Segunda de la máxima igualdad y los partidos resueltos por pequeños detalles, se agotan los adjetivos para la serie cadista. No es nada sencillo encadenar siete triunfos. Lo logró el Málaga de Muñiz en la temporada 2007-08 en el inicio de la competición, y en esta campaña casi repite con cinco triunfos al comienzo. La inyección de confianza que implica ganar tanto y tan seguido da idea de la dificultad de la empresa a la que se enfrentan los blanquiazules esta noche. De la misma firma forma que sacarla adelante con éxito supondría un inmejorable 'chute' de optimismo.
El choque promete, aunque luego pueda estar marcado por el afán de no cometer errores de todos los protagonistas y los movimientos encorsetados. El Málaga podría repetir su once inicial en Mallorca, con la enésima oportunidad para Juanpi, que de confirmarse quizás tuviera más que ver con la necesidad de guardarse jugadores desequilibrantes en la recámara para el tramo final del partido, como el caso de Ontiveros, que parece el gran agraviado. En todo caso, Muñiz, que sigue sin Juan Carlos, Mula, Luis Hernández y Koné, no ofrecerá su lista de convocados hasta el término de la suave sesión matinal de hoy.
En el Cádiz, el habilidoso extremo Salvi Sánchez se quedó fuera de una lista de diecinueve, lo que invita a pensar en un 4-3-3, con Álex Fernández (el hermano del madridista Nacho) en el once, y con el sorprendente Manu Vallejo escorado a la izquierda, para que Jairo, que vuelve, parta desde la derecha. El morbo lo pone la vuelta de Sergio Sánchez, que se ha convertido en el talismán amarillo (empezó a jugar y su equipo a ganar), y la presencia en el banquillo de Edu Ramos.
Para un Málaga que suele ganar sus partidos sin dominar mas que su rival la posesión del balón, está por ver cómo se desarrolla tácticamente el partido, con un Cádiz que suele aprovecharse de los espacios libres en ataque, con un Jairo veloz y un Manu Vallejo potente y muy eficaz (cinco goles y dos asistencias en los siete últimos partidos). El duelo presenta muchos más alicientes: dos 'nueves' académicos como Blanco y Lekic, altos pero coordinados, y dos buenos estrategas en la categoría, aunque a Álvaro Cervera, al que el club mantuvo cuando venían mal dadas, aún no haya conseguido ascender al cuadro cadista.
Se prevé a medio millar de seguidores amarillos en el estadio, a tenor de las entradas puestas a disposición por el Málaga, que confía en volver a sus cifras previas a la derrota ante el Granada; es decir, pleno de puntos como local y apenas un gol en contra. No será nada fácil ante un rival crecido y que ve puerta con cierta facilidad.
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