La defensa del Málaga se rearma

El Málaga va poco a poco recomponiendo su defensa y ya cuenta con una nómina considerable de efectivos para hacer frente a sus compromisos más exigentes. Aunque todavía hay lesionados, como son Juande y los filiales Moussa, Murillo y Víctor Olmo, el equipo ya dispone de la mayoría de sus principales componentes para esta demarcación tras la recuperación de Ramalho y el fichaje de Lumor. Además, a este buen momento de salud que vive la defensa malaguista se suma la consolidación de la pareja formada por Burgos y Escassi en el eje de la zaga.

Todo esto suponen argumentos positivos para pensar en una próxima remontada en la clasificación basada en la solidez, que es algo que el equipo sólo perdió en los últimos cinco partidos de Liga en momentos puntuales, que no empañan la buena marcha del conjunto blanquiazul en este sentido desde la llegada de Pepe Mel. El técnico madrileño fue firme en su aterrizaje y consideraba que lo prioritario era empezar a ganar confianza desde la fortaleza defensiva.

Errores puntuales o ratos breves de desconexión son los únicos puntos negativos achacables a la zaga malaguista, que perdió en Leganés por una arriesgada salida de balón, que encajó dos goles del Lugo por una inexplicable desconexión y exceso de confianza con 3-0 en el marcados, y que casi perdió contra el Andorra por la falta de puntería del rival y el acierto del portero blanquiazul Manolo Reina. Pero esto simplemente son puntos a mejorar dentro de un balance positivo, como así valoran dentro del vestuario de La Rosaleda tanto el cuerpo técnico como los jugadores. Esa fiabilidad defensiva ha sido clave para seguir creciendo y ganando soltura con la idea de juego del entrenador, llegado no hace mucho.

Era insostenible seguir con la media de goles encajados por partido antes del fichaje de Mel (era de dos recibidos por encuentro) y bajo el mando del madrileño este registro ha mejorado sustancialmente (cuatro tantos en conta en los últimos cinco partidos, menos de uno cada 90 minutos). No hay que olvidar tampoco que en este último tramo el equipo ha disfrutado de la presencia de jugadores que llegaron para ser importantes en la defensa como Burgos y Bustinza, principalmente.

Es Burgos el que está destacando especialmente desde que regresó tras su última lesión, justo para el segundo partido de Mel en el Málaga. Esto fue en el enfrentamiento ante el Racing de Santander en la octava jornada y desde ese momento no ha salido del once titular y ha jugado todos los minutos contra Andorra, Leganés y Lugo. El argentino al fin ha podido demostrar el esfuerzo que hizo el club por su fichaje y está cumpliendo con el deber y la etiqueta de ser el líder de la defensa esta temporada.

El ex del Alcorcón y el Eibar ha sabido encarnar esa figura que buscaba el entrenador para conseguir transmitir calma y sosiego, aspectos que Pepe Mel considera clave para que el equipo funcione después de vivir una época de inseguridades y malas reacciones ante adversidades como goles en contra o lesiones durante el curso del juego. Aunque tampoco hay que olvidar la importancia de la pareja de Burgos en el centro del muro blanquiazul: el malagueño Escassi.

El paleño se ha reconvertido a central después de jugar la mayoría de su carrera como medio centro defensivo y en estos momentos es un fijo en la alineación del Málaga, precisamente gracias a su capacidad de adaptación y cubrir necesidades puntuales con éxito. Burgos y Escassi empezaron a jugar juntos contra el Racing y se han entendido a la perfección desde entonces completando con una buena nota media los últimos tres encuentros de Liga, por lo que todo apunta a que Mel siga confianza en ellos dos para jugar en Oviedo.

Otra cosa diferente ocurre con los laterales. Si bien Juanfran no tiene un reemplazo claro (Bustinza, llegado el caso) y es fijo en el lateral derecho, en el carril opuesto Javi Jiménez podría ver peligrar su continuidad con la llegada del también lateral izquierdo Lumor, que tiene opciones de debutar como blanquiazul el próximo lunes en Oviedo.

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