Sí, por Pedro Luis Alonso
Como le gusta argumentar al propio Muñiz, cualquier sistema de juego en el fútbol tiene ventajas e inconvenientes. Los cambios en el dibujo atienden más bien a la creencia del técnico de que, sopesando la balanza, una determinada variante puede ofrecer más aspectos positivos que ... negativos, y es lo que apreció el gijonés cuando tras el varapalo ante el Reus (0-3) salió en La Romareda con un 4-1-4-1, que pese a lo que pudo pensarse inicialmente no fue una solución temporal. Reforzó el eje del centro del campo para tratar de blindar más aún a un equipo que ya era aplicado a la hora de defender, con excepciones puntuales. ¿En qué ha mejorado el equipo a partir de entonces?A mi modo de ver, ha conseguido liberar a Adrián, el jugador con más gol de la plantilla, y que ha marcado cinco de sus siete dianas (en dos meses) desde entonces... Y poco más. El 4-1-4-1 no ha detenido la involución del equipo, que ha ido de más a menos desde el arranque del torneo. Su actuación ante Osasuna fue una metáfora de su temporada. Un comienzo brillante (quince puntos sobre quince) y problemas después.
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El principal, que el Málaga se ha quedado seco cara al gol. No por falta de tino, sobre todo, sino por un escaso caudal de ocasiones claras generadas en cada encuentro. Las cifras lo demuestran. Tras el 0-2 en Zaragoza, un tanteo engañoso, Muñiz recuperó contra el Lugo (2-1) el 4-4-2, para después fijar de forma definitiva el 4-1-4-1.El resultado, cuatro tantos a favor en siete partidos, entre los que sólo se ha ganado uno (el 0-1 en Majadahonda). Blanco ya estaba de sequía antes del cambio de sistema, pero con el nuevo dibujo sufre más aún. No tiene otro delantero a su lado y su labor es más sorda si cabe. Su soledad tiene que ver con la escasa vocación ofensiva de los interiores. Más allá de las irrupciones de Adrián, N'Diaye pisa poca área y menos aún Keidi en los encuentros en que ha jugado ahí.
El 4-1-4-1 también puede ser un dibujo ofensivo, pero depende de la vocación de los jugadores, algo que también transmite un entrenador. Así jugaba el 'queso mecánico' de Benito Floro (1991-92, en su debut en Primera), con Conejo; Geli, Coco, Juárez, Oliete; Catali; Julio Soler, Zalazar, Chesa, Menéndez, y Antonio. ¿Tenía dificultades goleadoras aquel equipo?En absoluto. Ante la racha, urge un cambio de dibujo.
No, por Antonio Góngora
La primera pregunta es clara: ¿Los problemas del Málaga se pueden resolver con un nuevo cambio de sistema? La duda es demasiado importante al respecto. El equipo blanquiazul, en su última etapa, ha variado su fórmula de juego durante la disputa de los partidos, utilizando a dos delanteros al final de los mismos, y tampoco fue una solución en esos momentos puntuales. El 4-1-4-1 actual, sin embargo, le dio equilibrio defensivo (hasta el partido con Osasuna) cuando flaqueaba de una forma destacada el clásico 4-4-2. Y mejoró el cuadro de Martiricos con un 'pivote' delante de la defensa y ofreció una mayor seguridad a la zaga.
La derrota del lunes rompió algunos tópicos y puso en duda cualquier sistema. La falta de profundidad, de pegada o de acierto quizás no estén tan asociados a la fórmula utilizada en cada momento. Es verdad que el Málaga arrancó la temporada de una forma espectacular con el 4-4-2 que siempre utilizó Muñiz, sumando cinco triunfos seguidos, pero es probable que la clave ahora no esté en regresar a ese modo de juego, sino en encontrar soluciones que permitan al equipo mantener física y mentalmente el mismo nivel que el mostrado en la primera parte ante Osasuna.
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¿Por qué hizo tanto daño el empate el equipo navarro? Buscar respuesta a esta pregunta y aportar las correspondientes correcciones, por ejemplo, seguramente sería más útil que cambiar el sistema. El Málaga cometió varios errores ante Osasuna que le costaron el encuentro, pero también falló algunas oportunidades que le hubieran dado el triunfo en ese excelente primer tiempo. Las distancia con la primera plaza es ya importante tras el último traspié, pero el equipo blanquiazul tiene condiciones para reaccionar y, con una buena racha, alcanzar las primeras posiciones.
El sistema de juego siempre es fundamental, pero este puede y suele cambiar en un mismo encuentro, por lo que no parece tan determinante para que permita forzar un cambio de rumbo espectacular. Muñiz se puede plantear alguna variación en esta línea, aunque deberá unir otras aportaciones para que el equipo recupere un equilibrio que ahora parece esencial para mejorar las sensaciones y acercarse al liderato, que es el único objetivo como paso previo para llegar al ascenso directo al final de temporada.
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