EL DEBATE

¿Debe el Málaga apostar por la Copa del Rey?

Parte del entorno malaguista siempre despotricó de la Copa del Rey, de tal forma que nunca deja de ser inconveniente, ya sea porque el equipo se jugaba acceder a competición europea, permanecer en Primera, subir a la máxima categoría, mantenerse en Segunda o, ahora, ascender a la división de plata de forma directa. Eso y la exageración del calendario, como si el Málaga sufriera de saturación de partidos (puede acabar el curso con dos citas entresemana) generan un ambiente contrario a un torneo que puede dar mucho. Para empezar, minutos para sentirse importante y ganar confianza a los que menos actúan, como Ramón, pendiente de reaparecer más de siete meses fuera; Loren, que sigue sin marcar con el primer equipo; Carlos López, relanzado en Baracaldo al parar dos penaltis en la tanda; Moussa o Izan Merino. Pero el torneo no tendría que ser necesariamente un banco de pruebas de los menos habituales. No lo será del todo, ya que la norma que impide que haya más de cuatro dorsales que no son del primer equipo en el campo, y las cuatro bajas por lesión (Nelson, Juande, Sangalli y Haitam) restan margen de maniobra, pero el equipo no tendría por qué cambiar en exceso, aun habiendo viaje a Mérida el domingo. Sólo una hipotética prórroga podría ser algo contraproducente para algunos. Pero, ¿se imaginan a Loren viendo puerta al fin? ¿Y a Ramón recuperando sensaciones, como Moussa? Por no hablar de lo que supondría a nivel económico eliminar al Eldense (no olvidemos que en una ronda a partido único y con el privilegio de ser local): casi seguro un cruce con un 'Primera'. Es fácil el cálculo: hay quince equipos de la máxima categoría y cuatro pendientes de entrar en el bombo la próxima ronda (dieciseisavos de final), los de la Supercopa de Arabia (Barça, Real Madrid, Atlético y Osasuna). Como es difícil que se clasifican más de una decena de clubes de Tercera RFEF, Segunda RFEF o Primera RFEF en los 28 partidos de esta ronda, son seguros los futuros cruces ante rivales de élite para los 'modestos' que pasen, con grandes premios en el bombo. Difícilmente el club podría resistirse en una situación así (a diferencia de ahora ante el Eldense, gratis para los socios) a no hacer caja, algo vital en la situación actual de la entidad. Por eso hay que ir con todo a la Copa. Sin excusas.

Nadie se atrevería a decir que la Copa no interesa, que el Málaga tendría que dejarse perder. Esta es una competición a la que el conjunto blanquiazul nunca ha concurrido con gran atrevimiento, pues siempre tuvo alguna excusa para no hacerlo (quizás hubo alguna excepción). Pero cada temporada hay que analizar esta cita de una forma diferente. En esta ocasión, por ejemplo, los problemas del conjunto de Sergio Pellicer se intensificaron con el choque en el campo del Barakaldo, pues la plantilla andaba ya muy justa y la disputa de dos partidos en una semana, aunque sea lo normal en algunos casos, distorsiona el funcionamiento del trabajo muchas veces y hasta tiene consecuencias desagradables La falta de costumbre puede pasar factura. De ahí que en ciertas ocasiones los equipos tienen que mostrarse más conservadores, como es el caso del cuadro de Martiricos. Parece claro que el objetivo del partido de este miércoles en La Rosaleda (a las 17.00 horas) pasa por eliminar al Eldense, sin duda, pero Pellicer tendrá que nadar y guardar la ropa, pues cuatro días después tendrá otro partido crucial en Mérida, donde no puede fallar si quiere mantener el ritmo, aunque sea con cierta distancia, con los rivales más fuertes de la categoría, como son ahora el Castellón y el Ibiza. De ahí que el Málaga no podrá apostar abiertamente por la Copa, no está en condiciones de utilizar a sus mejores jugadores. Tendrá que buscar las rotaciones para darle descanso a ciertos hombres y también para ofrecerles oportunidades a otros y a canteranos que están a las puertas de hacerse con una plaza fija. Este puede ser el punto de partida, pero las numerosas bajas directas obligarán a Pellicer a utilizar a algunos de los habituales, pues no tiene muchos más en la plantilla y tendrán que estar, al menos, siete profesionales sobre el campo (con ficha en Primera RFEF). El Málaga vuelve a estar una vez más entre la espada y la pared en un momento crítico, con dos partidos ligueros todavía antes de marcharse los jugadores de vacaciones navideñas. Igual que ocurrió en la anterior eliminatoria copera, el entrenador sólo dio continuidad a tres jugadores del anterior partido, con presencia de jóvenes filiales, pero buscó, como es su obligación, la clasificación, algo que consiguió al final. Y ahora, ante un rival de Segunda y jugando en La Rosaleda, el planteamiento será el mismo...