El debate: ¿Debe afrontar el Málaga la Copa con sus mejores jugadores?

La idea de que la Copa del Rey molesta, algo que piensa mucha gente en Málaga, se aleja especialmente de las exigencias internas que siempre debe tener presente una entidad como la de Martiricos. Parece lógico que José Alberto no pueda ni deba utilizar a los mismos hombres que en la Liga (el equipo deberá disputar dos encuentros en menos de tres días), aunque es algo que también ocurre cuando hay jornada entresemana, pues el riesgo es importante para el físico de futbolistas que no están habituados a acumular encuentros. Pero la imagen del conjunto blanquiazul no puede resentirse (como ocurrió en Burgos).

Los cambios en la alineación, de esta manera, no suponen una pérdida de interés, siempre que no se produzca una rebaja en la actitud o la intensidad en el juego. La pasada temporada fue un ejemplo de ello y el equipo venció y convenció ante otro rival menor (en campañas anteriores cayó eliminado a las primeras de cambio). Y ese compromiso permitió que algunos jugadores se reivindicaran para que el entrenador pudiera contar con ellos después en la Liga. El partido en tierras navarras será un examen interesante, sin duda...

El atractivo que supone para algunos la Copa, por tratarse de una competición dada a las sorpresas, coloca a un grupo de aficionados entre sus defensores. Dar la talla es una obligación. El Málaga no puede conformarse con la simple comparecencia, sin mostrar ganas por seguir adelante, independientemente de las expectativas que tenga.

Debatir sobre la Copa es algo así como el día de la marmota. Todos los años surge el mismo dilema cuando llega el primer compromiso de este torneo y casi siempre es lógico hasta cierto punto porque el Málaga, salvo excepciones muy contadas, no ha contado con una plantilla suficientemente amplia para afrontar con garantías el partido con una alineación plagada de suplentes. Y esta vez, si cabe, no es una excepción. Podría emplear el argumento de que el número de efectivos del que puede disponer José Alberto es en estos momentos demasiado reducido por las lesiones, aunque en cierto modo supondría un ejercicio de ventajismo y no podría haber recurrido a él en otro momento de la temporada. También es cierto que, dada la paupérrima trayectoria del Málaga a domicilio –empleo el superlativo con todas las de la ley tras el ridículo en Burgos–, no está el horno para bollos en un amplio sector del entorno. Es decir, el equipo está más obligado que nunca a no fallar en tierras navarras y lo entiendo, porque el plebiscito el domingo sería de aúpa, y el recibimiento de una buena parte de la afición, de uñas. Pero no nos engañemos: el futuro del Málaga pasa por la Liga. Si de verdad la aspiración es meterse en los 'play-off', cada encuentro y cada punto son vitales. Conviene recordar que el margen entre los dos envites es de menos de tres días y que, si sumamos el viaje, el plantel sólo va a tener dos entrenamientos antes de recibir al Amorebieta. Sinceramente, no entiendo que se haya fijado este duelo copero el jueves cuando ya se conocía que previamente jugaba un sábado y que después lo iba a hacer el domingo a las cuatro de la tarde. Por eso, a determinados futbolistas conviene no meterles más carga y además, por más que el grupo se haya resentido con tantas bajas, también es buen momento para que otros que han sido utilizados poco demuestren si se puede contar con ellos. Entre otras razones, porque el mercado invernal está ya aquí y en cierto modo es una evaluación para tomar decisiones en determinados puestos.