Dani Barrio: «El Almería es un buen equipo, pero no es el Bayern Múnich»

-Según la dinámica que se está dando, con rotación en la portería cada dos partidos, ¿le toca jugar en Almería?

-Bueno, eso lo sabe el míster. Yo me entero cuando se acerca el momento. Estoy preparado por si toca esta vez. Veremos...

-¿Cuándo tienen la certeza de que van a jugar ese día?

-Igual que todos, cuando da la alineación. Estamos en las mismas circunstancias que el resto.

-Eso les mantendrá en tensión...

-Bueno, al final cuando no juegas también tienes que estar preparado para lo que toque.

-¿Qué balance hace de esta gestión de la portería?

-Es la decisión que ha tomado el entrenador. Quiere que todos estemos enchufados y tengamos minutos para sentirnos importantes y útiles. Es verdad que en el puesto de portero es más difícil de ver esto, pero al final estamos como los jugadores de campo. Hay dos formas de tomarse esta situación. Puedes enfadarte o tomártelo con profesionalidad y trabajar duro para demostrar cuando juegues. El campo no engaña y el rendimiento es lo que acaba definiendo las cosas.

-A estas alturas de la temporada, ¿cómo valora su incipiente trayectoria en el Málaga?

-Está siendo muy buena porque al principio de la temporada no se sabía ni qué jugadores habría en el equipo y hasta la jornada tres no se completó la plantilla, y ya tenemos la mitad del camino por la permanencia hecho. Creo que este tipo de valoraciones debe ir relacionada con el estado del equipo, y aunque este año estoy jugando menos, creo que está siendo muy buena por los puntos que ya tenemos.

-Usted no esconde su mala experiencia en el Numancia y pide que el vestuario no se relaje...

-Sí, soy muy pesado con el tema, pero es que es la verdad. El año pasado nos fuimos a las vacaciones de Navidad sextos y acabamos bajando a Segunda B. Esta es una categoría muy traicionera y muy larga. Cuando piensas que estás arriba, coges una mala racha y te metes abajo, igual que estando abajo puede subir rápidamente. Está todo muy igualado. Cualquiera puede ganar a cualquiera. Es un tópico lo de ir partido a partido, pero es la verdad. Espero que este año sirva para conseguir 50 puntos para la salvación y los consigamos lo antes posible.

-Lo que se percibe es que existe tranquilidad en el club...

-Claro, la tenemos porque las cosas están funcionando. Pero esa tranquilidad puede llevar a la relajación, y tenemos que tener claro que hay que seguir peleando porque aún no hemos hecho nada. Vuelvo a poner mi ejemplo del año pasado, donde al final caímos. No quiero decir que sea pesimista y agorero, pero hay que tener los pies en el suelo y mantener esta chispa e intensidad para seguir sumando. Todo el mundo habla bien de nosotros, pero esto es por el trabajo que hacemos. Y es lo que hay que seguir haciendo. Vamos a por la jornada 18.ª, y hasta la 42.ª queda mucho.

-Antes de centrarnos en su historia personal, ¿qué le inspira el partido contra el Almería?

-Viene con menos descanso porque jugó el miércoles, pero han hecho muchas rotaciones. Tienen la posibilidad de poner onces completamente diferentes. Por eso creo que no va a influir mucho. Siempre es complicado ganar dos partidos en casa seguidos y por eso nosotros vamos con la idea de hacer daño y con la mentalidad que hemos tenido ya fuera de casa. Al final el Almería es un equipo en racha pero que no gana de manera sobrada, porque nadie en Segunda lo hace. La experiencia nos dice que cualquiera puede ganar. Nosotros vamos con la ambición de cambiar la imagen que dejamos en la segunda parte contra el Cartagena. Quedarían tres puntos menos para el objetivo.

-¿Es un reto al ser uno de los punteros? Ante este tipo de equipos, como Rayo, Leganés, Mallorca o Espanyol, aún no han ganado.

-Es una forma de verlo, el de intentar sobreponernos a uno de los que está arriba y cambiar la imagen que se quedó ante, sobre todo, Mallorca y Espanyol. A mí no me gusta ir a los partidos con esa idea de que no tenemos nada que perder porque al final en todos los partidos hay que tener la ambición de ganar firmemente. El Almería es un buen equipo, pero no es el Bayern Múnich, por decirlo de alguna manera. Los partidos hay que plantearlos para ganarlos.

-Girando el objetivo, al ser el Málaga el cuarto equipo más joven de Segunda, con 26 años de media, ¿cómo se ve siendo uno de los más veteranos? También pasó mucho tiempo en Segunda B antes de subir de escalafón. ¿Se considera un ejemplo de resistencia?

-Servir de ejemplo es algo muy bestia. Hay otras referencias en la vida más importantes que yo. Pero es cierto que me ha costado mucho tener una oportunidad en Segunda; me llegó a los 32 años. Y es verdad que con trabajo y esfuerzo es más probable que lleguen este tipo de cosas, aunque tampoco quiero vender que sea la fórmula del éxito porque mucha gente se queda por el camino. Yo estoy contento con mi actitud. Creo que es la mejor manera de entender esta profesión. El día que me cueste levantarme para ir a entrenar cambiaré la forma de ganarme la vida. Pero ahora estoy disfrutando como un niño pequeño, aunque es una pena que no pueda venir gente al estadio.

-En el caso de los porteros, la edad llega a ser una virtud.

-Sí, pienso que es verdad que en general empezamos a disfrutar un poco más tarde. También cuesta más confiar en porteros jóvenes. Normalmente, en el mundo de la portería todo llega un poco tarde. Tampoco tenemos el desgaste físico de jugador, aunque sí acusamos más el desgaste mental. Por eso también estamos tan locos. Yo me encuentro bien y tengo mucha ilusión.

-Firmó dos años con opción a un tercero. ¿Visualizó que este podría ser el camino para optar algún día a debutar en Primera? Ahí está el ejemplo del portero del Cádiz, Cifuentes.

-Sí, claro que lo pensé. Mucha gente me ha puesto ese ejemplo de Cifuentes. Ojalá se pueda dar. Sin duda, la forma más fácil es ascender con el equipo donde estás. Este es un club grande que ha pasado una época mala, pero donde se están haciendo las cosas muy bien. Dando estabilidad a lo deportivo creo que lo demás viene solo. No olvido que representa a una de las grandes ciudades de España y tiene todo el potencial para crecer. Me ilusiono con eso. Nunca se puede dejar de soñar. Pero lo que se ha demostrado este año es que los planes a largo plazo no valen para nada.

-¿Qué puede decir de su vida en Málaga aunque se haya limitado todo por la pandemia?

-Elegí un buen piso, con terraza, porque sabía lo que se venía. Tengo un perro, un labrador de un año y medio, y también necesitaba espacio para él. La verdad es que es un año complicadísimo y hay que pasar muchas horas en casa. Sobre todo, lo que es una pena es que no estemos disfrutando los propios jugadores del buen grupo que tenemos porque LaLiga nos restringe muchas cosas y no podemos hacer comidas de equipo, estar en el vestuario lo que queremos y tenemos que venir a casa a ducharnos. Es una situación que espero que se solucione poco a poco, porque ya se hace largo y es una pena no disfrutar del buen grupo que hay. En cuanto a la vida que llevamos, toca cuidarse mucho porque si nos contagiamos podemos pasarlo a los compañeros y te deja fuera tres semanas. Hay que tener responsabilidad. Es lo que hay.