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Comenzó el partido con un emotivo minuto de silencio por José González Torres, antiguo delegado de equipo, más tarde delegado de campo y muchos años delegado del colectivo arbitral en Málaga. Recuerdo respetuosísimo por parte de los aficionados malaguistas. 'Chapeau'. Cumplió el tinerfeño Trujillo Suárez, en un partido que resolvió sin grandes sobresaltos y ninguna dificultad. Su experiencia y la veteranía que acumula en la categoría (diez temporadas en Segunda y dos en Primera) le avalan para resolver encuentros de esta naturaleza.
Sin duda, lo mejor fue la distribución y el control disciplinario que mantuvo los noventa minutos. En el primer periodo sólo amonestó a Larrea por jugar el balón con las manos impidiéndoselo a Dani Pacheco. Cinco minutos después fue Renato, por una dura entrada a Ríos. En el segundo periodo los amonestados fueron Trigueros por derribar de forma voluntaria a Renato y, más tarde, Juanpi, por hacer lo mismo que el anterior. La vio también Munir por clara pérdida de tiempo en la ejecución de un saque de puerta, y Dani Pacheco y Nacho Gil.
No se distingue el tinerfeño en ser brillante en la direccción de los encuentros, pero sí que es cumplidor y serio, y en eso se centró, de ahí que no provocara situaciones complicadas admitiendo el diálogo, siempre respetuoso, con los jugadores utilizando con frecuencia las advertencias, como la que le hizo llegar al técnico visitante, Bolo. No anduvo acertado en la aplicación de la ventaja, y esto quizás fue lo más deficiente de su actuación. Se le escapó una en el minuto 43 al indicar falta de Sadiku, y muy al final otra tras un fuera de juego de la Ponferradina.
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