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«Me preocupa que hemos tenido cuatro oportunidades claras de gol y no hemos marcado ninguna. Fueron acciones de llegar dentro del área rival, sobre ... la línea. Como la de Kevin con Dani, el larguero de Chupete o la de Dioni, y no las hemos marcado. Si con cuatro ocasiones claras no nos da, quizá habrá que generar diez a ver si así nos da», relató Pellicer tras la derrota frente al Córdoba del domingo en La Rosaleda.
Es cierto que el Málaga tuvo oportunidades manifiestas para marcar, como mínimo, un gol, pero el cuadro blanquiazul sólo registró dos remates entre los tres palos en todo el encuentro, ambos a partir del minuto 67 de partido. Las dos acciones fueron la que tuvo Dioni, la oportunidad más clara de todo el choque, pero que el delantero malagueño estrelló el disparo contra el guardameta del Córdoba, y el remate de cabeza de Galilea en el minuto 75. Las otras dos ocasiones a las que aludió Pellicer, la del contragolpe comandado por Kevin pero que no logró entregar el balón a Dani Sánchez dentro del área, y el remate de Chupete que impactó en el larguero (fue invalidada por fuera de juego), no fueron entre los tres palos, aunque fueron oportunidades de entidad. Para la estadística avanzada, el Málaga dispuso de dos 'big chances' (el disparo de Chupete contra el travesaño y el tiro de Dioni) es decir, ocasiones que deberían haber sido gol por la calidad de las mismas, mientas que el Córdoba no tuvo ninguna (el gol de falta y el disparo desde el balcón del área que detuvo Alfonso Herrero no fueron calificadas como tal debido a la lejanía de los dos tiros).
La segunda vuelta que está cuajando el Málaga dista mucho de la brillante primera mitad de la competición que realizó en muchos sentidos, y la generación de oportunidades en materia de disparos a portería es un ejemplo de ello. Si la sequía goleadora, fruto de la poca creación de ocasiones, era un gran 'pero' durante la primera vuelta, este problema se ha agravado tras el parón navideño: los 3,4 tiros a puerta por partido de la primera vuelta (71 totales en 21 choques), una cifra ya baja de por sí para la categoría, han bajado a poco más de 3 por encuentro en la segunda (42 en 13 partidos), lo que obliga al cuadro blanquiazul a tener una eficacia máxima cara a puerta para marcar. El Málaga no ha podido disponer de su tándem habitual en la medular (Luismi y Manu Molina) con la misma frecuencia, lo que ha mermado drásticamente su capacidad de creación de ocasiones y organización del juego.
El Málaga firmó a dos delanteros centro durante el mercado estival, a Baturina y a Castel, con el objetivo de llenar el vacío en la faceta goleadora (20 tantos la pasada campaña) que dejó Roberto tras su salida, ya que lo más probable era que con Dioni como único punta en el plantel no bastaría en Segunda. No obstante, el rendimiento de los dos refuerzos veraniegos ha sido particularmente bajo, y ha sido el atacante malagueño quien ha llevado el peso goleador este curso, con siete tantos, el máximo artillero del equipo actualmente.
Esta debilidad en el frente goleador no fue solventada en el mercado invernal. La dirección deportiva rescindió el contrato de Castel y subió al prometedor Chupete del Malagueño, que debe seguir gozando de minutos de calidad con el primer equipo, pero no debe ser quien asuma el rol de '9' principal del cuadro blanquiazul. Baturina se ha convertido ahora en el tercero en discordia, con tres partidos consecutivos sin participar.
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