Al Málaga se le escapa el triunfo en el debut liguero (2-2)

La imagen mostrada por los blanquiazules fue muy buena en ataque, pero negativa en las tareas defensivas, mostrándose muy vulnerable en las acciones a balón parado, casi en cada jugada. Sergio Pellicer tendrá que reforzar el juego aéreo y ajustar todavía más el trabajo de sus hombres en defensa, aunque en algunos casos los errores eran individuales y hasta incomprensibles, como ocurrió en el segundo tanto del Ferrol. En cualquier caso, el punto deberá darlo por bueno el Málaga en este primer encuentro en Segunda.

Era importante sumar una victoria que seguramente mereció el Málaga, pero la igualada supone un primer paso para coordinar una plantilla que, pese a la continuidad de la mayoría de los hombres, ha sufrido algunos cambios sustanciales. Este punto, además, será óptimo siempre que el cuadro de Martiricos pueda resarcirse en los dos próximos encuentros, que serán en La Rosaleda.

Pellicer sorprendió en su primer once de la temporada con la utilización del juvenil Aarón Ochoa en el once inicial, cumpliendo así con sus planes de contar con los canteranos en cualquier momento. También utilizó de entrada a dos de los cuatro fichajes (Álex Pastor y Baturina), quedándose en el banquillo Lobete y Luismi, fuera de la lista por problemas físicos. El resto del equipo fue algo más previsible, con su sistema de juego habitual. Y el arranque parecía prometedor, dominando el juego y disponiendo de la posesión, aunque el cuadro local fue mejorando progresivamente hasta controlar el encuentro tras los primeros minutos.

Y también comenzaron a aparecer las oportunidades locales en las acciones a balón parado, en la estrategia. Primero fue Puric el que remató a un poste en la primera opción clara para adelantarse. El desajuste defensivo fue clamoroso, igual que ocurrió poco después en una acción similar en la que en este caso fue Luis Perea el que cabeceó para que Herrero tuviera su primera intervención salvadora del campeonato. Todo ello hasta el ecuador del primer periodo, en el que el Málaga tuvo más problemas.

De inmediato, sin embargo, intentó equilibrar el cuadro blanquiazul el choque en cuanto a oportunidades con varias acciones de ataque de cierto peligro, entre las que destacó la oportunidad de Aarón en un lanzamiento algo escorado a portería al que respondió con cierta dificultad el meta local. A partir de entonces, pese a todo, se igualó el juego y apenas pasaron apuros los porteros en una fase escasamente atractiva para el espectador. Pero en el minuto 45, cuando el árbitro estaba a punto de mostrar los minutos de ampliación, apareció un mágico Kevin para completar una acción individual desde fuera del área que finalizó con un espectacular 'cañonazo' que entró por la escuadra izquierda de Jesús Ruiz. Un golazo del malagueño.

Quedaba por delante una reanudación muy larga y complicada para que el Málaga pudiera mantener esta ventaja. El Ferrol quiso tomar el mando de inmediato, pero el cuadro de Pellicer no se lo permitió tras las instrucciones del técnico en el vestuario. De hecho, los acercamientos con más peligro llegaron por parte visitante, con una opción para Baturina o otra posterior para Aarón Ochoa, aunque finalmente estuviera en fuera de juego.

El Málaga mantenía el control del partido y apretaba al contrario en todas las zonas. Con el Ferrol casi noqueado, apareció el empate en una acción de mala suerte, con un rebote que aprovechó Jauregui para quedarse completamente solo a escasos metros de Herrero, al que pudo batir. No era un tanto merecido, ni le sirvió para que mejorara en su confianza. Y los blanquiazules no bajaban el ritmo, lo que les permitió seguir poniendo cerco a la meta contraria. Hasta que Antoñito volvió a marcar tras un centro de Lobete en una repetición del choque de Tarragona.

Aunque los errores atrás del Málaga le permitió mantener el marcador sólo tres minutos, pues Jauregui volvió a batir la meta contraria para establecer de nuevo el empate, el definitivo. Los últimos minutos fueron trepidantes e interesantes para los aficionados (unos 200 se desplazaron), pero el marcador no varió.