El Málaga de los (supuestos) 'jugones', el Málaga de los nombres, el Málaga del 'tiki-taka de marca blanca', el Málaga del goleador de los récords, el Málaga incapaz de mostrar personalidad, el Málaga de tres entrenadores y una interminable lista de jugadores, ese Málaga ... que es uno de los más vulgares de la historia va ya camino de la Primera RFEF. La Ponferradina, un equipo moribundo, y Yuri, un futbolista semirretirado, sepultaron a un equipo inoperante en ataque, inconsistente en su juego, sin la más mínima solidez defensiva. A tres jornadas del final, con ocho puntos de desventaja y el 'goal average' perdido con casi todos sus rivales, la permanencia se antoja una utopía.
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Y eso que, visto el triunfo previo del Villarreal B, dio la sensación de que el Málaga iba a salir a comerse a la Ponferradina. Sin embargo, el disparo de Lago Junior al medio minuto no fue más que un espejismo. El equipo blanquiazul, con la presencia del marfileño arriba junto a Rubén Castro y la novedad de N'Diaye como supuesto ancla en la medular, no supo en ningún momento qué hacer para doblegar a su rival, si jugar en corto o en largo, y sobre todo, lo más preocupante, nunca acertó en la toma de decisiones. Cuando tocaba combinar, cada uno hacía la guerra por su cuenta; cuando era el momento de optar por el individualismo, sobraba el pase al compañero. Así transcurrió una primera parte de chispazos, sin fútbol consistente en ataque, y con una sensación de fragilidad alarmante, sin equilibrio en la medular, frente a un rival ya desahuciado.
Ponferradina | 2 - 0 | Málaga |
44.1% | Posesión del balón | 55.9% |
2 | Tiros a puerta | 4 |
8 | Tiros fuera | 7 |
0 | Tiros al palo | 0 |
16 | Faltas cometidas | 7 |
4 | Tarjetas amarillas | 3 |
0 | Tarjetas rojas | 0 |
55 | Balones recuperados | 53 |
120 | Balones perdidos | 131 |
0 | Fueras de juego | 2 |
6 | Saques de esquina | 7 |
4 | Paradas | 0 |
Ponferradina | A PUERTA | FUERA |
Málaga | A PUERTA | FUERA |
Ponferradina | FALTAS | TARJETAS |
Málaga | FALTAS | TARJETAS |
Es cierto que en un cómputo global el Málaga mereció irse con ventaja al descanso. Dispuso de varias situaciones claras, pero Rubén Castro no mostró frescura en sus movimientos, Lago Junior jugó casi siempre con una marcha más –la única excepción fue precisamente una acción de ataque de clara superioridad numérica en la que le faltó más colmillo– y Cristian estuvo impreciso en sus centros pese a que fue, de largo, el más incisivo. Delmás se dejó ver muy poco en el otro costado y de Febas y Fran Villalba poco se puede esperar ya de cierta ambición. El primero arranca una y otra vez con la pelota pegada al pie sin más criterio que galopar, y el segundo abusa continuamente de la circulación de la pelota y no expone absolutamente nada. Al final, está visto que los dos últimos no quieren responsabilidad en las acciones de gol. Y si al menos aportaran a la hora de contribuir a un centro del campo mínimamente estable... Pero ni ellos ni N'Diaye, en evidencia cada vez que se producía un giro de espaldas de un contrario en la frontal o un envío entre líneas, dotaron al equipo de la seguridad necesaria. Por eso la Ponferradina, que es un conjunto muerto, encontró ciertos pasillos, aunque su falta de recursos tiraba por la borda cualquier buena intención.
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Pellicer movió ficha al descanso: cambió el sistema -¿para qué jugar con cinco defensas?- con la entrada de Álex Calvo y la marcha, una vez más, del reincidente Burgos. No se explica la continuidad del argentino, que se ganó una amarilla absurda en una acción con Hugo Vallejo, especialista en fingir. El árbitro Ais Reig, pésimo, debió expulsar al exmalaguista por su reincidencia en sus acciones teatrales, igual que se comió la segunda tarjeta a Erik Morán en una falta clamorosa.
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Sergio Cortés
Con Álex Calvo y Lago Junior teóricamente más abiertos, el Málaga debía generar más peligro. Ni por esas. Rubén Castro nunca tuvo la compañía de los acomodados Febas o Fran Villalba desde la segunda línea. Y lo que es peor, el partido comenzó a entrar en un correcalles, la única opción para que la Ponferradina soñara con el triunfo.
Únicamente Álex Calvo aportó esa energía tan inexistente toda la temporada y se quedó cerca de adelantar al Málaga. Pellicer prescindió entonces de Febas para abrir más el campo con Gallar y meter arriba a Lago Junior. Tampoco fue solución. La Ponferradina ya le había visto color al partido y se crecía cada vez que disfrutaba de alguna llegada. Así hasta que entró en acción Yuri, que se encargó él solo de castigar la inexistente solidez con N'Diaye y Fran Villalba. En pocos minutos él se encargó de desnudar a un montón de futbolistas que han sepultado al Málaga en la tercera categoría.
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