El Almería desnuda a un Málaga reincidente

No quieres caldo, toma dos tazas. O tres. Parece que el Málaga no escarmentó después del partido de la primera vuelta, cuando se vio a remolque tras una pifia monumental de Benkhemassa en la salida de la pelota en el minuto 11. Esta vez el argelino volvió a las andadas en el arranque del partido con una deficiente entrega en horizontal que interceptó Lazo y que no tuvo consecuencias. Fue el preámbulo a otra acción del extremo visitante, que hizo honor a su apellido para cazar las pésimas entregas blanquiazules. A continuación intuyó una acción similar de Ramón –que ha retornado a ese futbolista que no rompe líneas de pase con toque en vertical– y metió un balón al hueco para que Robertone resolviera ante Dani Barrio. Y como en la ida, en el minuto 11...

Evidentemente el Málaga no tiene el potencial del Almería. Joaquín no es tan resolutivo como Lazo y desde luego Caye Quintana no tiene la capacidad intimidatoria (ni por supuesto la goleadora) de Sadiq. Por eso la reacción local no dio el más mínimo rédito pese a un regalo similar de Samú Costa en la frontal del Almería o a una acción bien hilvanada por Cristo y Luis Muñoz en el costado izquierdo.

El Málaga trató de incomodar arriba con la presión ya habitual (en este caso con Luis Muñoz y Benkhemassa por dentro), pero el Almería entendió demasiado pronto que era ilógico arriesgar con Samú Costa incrustado en los centrales. De ahí que Robertone y Morlanes se juntaran con él para llegar con más comodidad a campo contrario, donde los laterales casi aparecían como extremos y además estos se movían más cerca del ariete Sadiq que de las bandas. La cuestión era ver si el conjunto de Pellicer no se desordenaba cuando llegaba la hora de replegarse. Y en esta materia suspendió. Primero Juande se quedó 'cortado' y habilitó a Sadiq en un pase al hueco (el VAR hizo rectificar a Ávalos Barrera, que había pitado penalti) y tres minutos más tarde, en la tercera taza del caldo, de nuevo Lazo aprovechó el imperdonable error de Alexander (otro reincidente) para firmar un golazo descomunal. Sólo el venezolano, retratado por dos veces en el gol encajado en Cartagena, sabe lo que quiso hacer, pero también es innegable que el equipo estaba totalmente desmadejado.

No hubo más en una primera parte en la que el Almería demostró lo poco que le cuesta para crear ocasiones y también lo mucho que necesita el Málaga para mantener la puerta a cero y ponerse por delante en el marcador. Pellicer trató de buscar a partes iguales más solidez (con Escassi por Ramón) y más presencia arriba (con Jairo por Julio). Por su parte, en el conjunto visitante fue muy evidente un cambio de actitud: la clara ventaja lo llevó a jugar como suele hacerlo el cuadro blanquiazul, más replegado cuando se requería y con los extremos en su sitio para presionar más arriba e irrumpir al contragolpe.

Durante el tramo inicial de este periodo el Málaga tuvo más empaque, esa característica que le aporta Escassi, pero por más que lo intentó –sobre todo por la izquierda con Cristo y Jairo– apenas tuvo opciones. Hubo que esperar al ecuador de la segunda mitad para que llegara un centro potable, obra de Joaquín con un remate de Caye Quintana sin girar la cabeza. En cambio, el Almería ya comenzaba a buscar los envíos a los costados para apuntalar la victoria. Mejías y Juande estuvieron oportunos al quite hasta que en el minuto 77 Dani Barrio se precipitó al salir a la banda para frenar a Sadiq. El nigeriano, probablemente el mejor de la categoría, sentenció la contienda al segundo intento. Mientras tanto, el mejor jugador blanquiazul, Mejías, tuvo que retirarse con molestias...