Control primero, ambición después y presión asfixiante en el tramo final. Y a cada una de estas virtudes, un gol. El 'efecto Guede' es indudable: en dos partidos el exdelantero le ha cambiado la cara a un Málaga con aquella convicción con la que encadenaba ... victorias en casa al comienzo de la temporada. El zarpazo para dejar muy a tiro la permanencia se reflejó en un 0-3 tan contundente como convincente. Y, sobre todo, muy revelador.
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Esta vez Guede se inclinó por el segundo de los tres sistemas empleados en su debut; es decir, un 4-4-2 con rombo en el centro del campo. Amparado en la pareja Peybernes-Escassi en el eje de la cobertura y en Genaro como ancla en la medular, el técnico introdujo la novedad de Ramón como enlace entre los interiores (Jozabed y Febas, que superada la media hora permutaron sus posiciones) y dos extremos reconvertidos en puntas (Antoñín y Vadillo). De este modo, el Málaga jugó sin extremos y sin delanteros 'puros' con el claro objetivo de controlar la pelota y buscar un fútbol asociativo que permitiera desgastar al Leganés y provocar situaciones de uno contra uno de la pareja de delanteros con los centrales locales.
En líneas generales el Málaga no pasó apuros en la primera mitad y logró ese objetivo de controlar la situación gracias a los continuos apoyos (al descanso tenía una posesión del 56 por ciento), pero entre las imprecisiones y la falta de convicción no se registraron las necesarias llegadas de segunda línea para intimidar al Leganés. Únicamente Antoñín puso a prueba a Dani Jiménez con un movimiento de fuera adentro, con arrancada en la derecha para buscar el disparo en un amago de diagonal, pero el guardameta se empleó con su habitual solvencia.
Al Málaga se le vio con mucho toque y con poca velocidad. Al no mostrar una marcha más en las transiciones o en el último cuarto de campo, el Leganés no requirió de excesivo esfuerzo para evitar dificultades atrás. Tanto Vadillo como Antoñín tendieron más a la derecha, para castigar al lateral menos defensivo (Nyom), mientras que en la izquierda el cuadro local supo acumular hombres para neutralizar a Víctor Gómez.
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En el plano defensivo el Málaga, muy firme por dentro, sólo sufrió en momentos puntuales cuando el lateral derecho, Nyom, aprovechó que Febas (y después Jozabed) no es un especialista defensivo para tratar de crearle problemas a Javi Jiménez con la ayuda del extremo Naim, pero fueron situaciones esporádicas sin continuidad. También Escassi estuvo concentrado al quite.
Si al Málaga se le vio en la primera parte con más temple que ardor, probablemente en el descanso Guede aportó una inyección de adrenalina a sus jugadores porque en la salida del equipo en la reanudación se observó mucha decisión. Esa actitud que tanto se ha echado en falta a domicilio quedó muy patente con una notoria convicción a la hora de jugar en los aledaños del área contraria. Una falta lateral, en la que Jozabed no esperó el fallo de Recio, fue el preámbulo a una decisiva ventaja de dos goles en poco más de cinco minutos merced a sendos penaltis claros, el segundo bien visto desde la sala VOR.
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Ese reto de dejar a un punta frente a un central en zona de peligro se consiguió al fin en una acción de Antoñín con Omeruo a la que este respondió arrastrando el pie derecho del malagueño. Vadillo no perdonó desde el punto fatídico. El inmediato triple cambio de Nafti pudo acabar en susto, pero el otrora cuestionado Dani Martín volvió a ser crucial al responder con reflejos al remate de cabeza de José Arnaiz y desviar el balón al palo. La respuesta malaguista no se hizo esperar con otra decidida transición en la que Omeruo sacó el brazo a pasear para golpear a Jozabed. El videoarbitraje corrigió al colegiado porque la jugada fue dentro del área y Antoñín tampoco perdonó.
Guede metió piernas frescas con Brandon y Paulino, pero sobre todo ha metido energía. El equipo ahogó al Leganés en la presión en cada zona del campo y gracias a ello hasta redondeó un triunfo valiosísimo con un zarpazo de Sekou en un cómodo remate. Hasta en la aportación del ariete parece soplar el viento a favor...
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