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Dani Barrio ve entrar la pelota tras el remate de Mateu en una acción originada por un error garrafal del portero. mariano pozo

Este Málaga ramplón avergüenza a su afición (0-2)

Plagado de futbolistas mediocres, se hundió tras un regalo de Dani Barrio ante el Huesca y fue incapaz de reaccionar ni en el campo ni en el banquillo

Domingo, 27 de marzo 2022

Este Málaga ramplón no da más de sí y avergüenza a su afición. Plagado de futbolistas mediocres y apocados, sin aptitud ni actitud, es un ... equipo a la deriva que sólo mantiene esperanzas de salvación gracias a que sus rivales directos tampoco ofrecen síntomas claros de reacción. Frente al Huesca volvió a ofrecer su manifiesta incapacidad para crear ocasiones y encima regaló el partido por medio de Dani Barrio y, una vez más, por la reacción muy tardía de su entrenador. La segunda parte fue tan agónica como el presumible final de temporada que espera.

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La ausencia de Víctor Gómez (convocado por la sub-21) y la presencia como extremo izquierdo de un especialista de la categoría, Mateu, condicionó el plan de partido de Natxo González, que apostó por un Málaga de dos caras. En el plano defensivo se inclinó por un 4-4-2 con Andrés como teórico lateral derecho, pero en ataque el canterano juvenil permaneció junto a Escassi y Lombán como defensa de guardia mientras el dibujo pasaba a un 3-4-3 con Jairo y Cufré a la altura de la pareja de medios centro (Jozabed-Febas) y con Paulino y Vadillo escoltando a Roberto. Es decir, ni Chavarría ni Brandon arriba (de Sekou ni hablamos).

El Málaga arrancó con ímpetu y forzó tres faltas laterales que, de nuevo, no pudieron tener peor ejecución. No obstante, el Huesca, uno de los equipos más sólidos en la medular, pronto se hizo con la pelota y disfrutó a veces de largas posesiones beneficiado por la continua presencia de varios jugadores por delante de la pelota y también, cómo no, por la escasa capacidad blanquiazul para robar la pelota. Jozabed y Febas sólo pudieron tener el control del partido en la recta final de la primera mitad porque con anterioridad tuvieron que multiplicarse para tapar pasillos interiores. Las recuperaciones casi siempre llegaron por errores del rival, que además tenía la lección bien aprendida: a la más mínima, agarrón o bloqueo a Febas y, a ser posible, por parte de distintos futbolistas para evitar la amarilla por reiteración en las faltas.

Eso sí, el Málaga mostró solidez atrás. Bien pertrechado, con Andrés como si llevara toda la vida compitiendo como profesional (su lectura en cada jugada fue magnífica) y con todos los futbolistas en bloque en campo propio, el Huesca no encontró resquicios y sólo se dejó ver en un par de disparos arriba. El cuadro blanquiazul encontró al fin una transición potable superado el minuto 21 con una internada de Jairo que Roberto trató de culminar de espuela. El cántabro, como ya ocurrió en Fuenlabrada, fue el más entonado en los flancos, pero apenas un cuarto de hora después tuvo que marcharse lesionado. El testigo lo recogió Hicham, que sirvió otro centro desperdiciado por Roberto. De los escuderos del ariete, pocas noticias. Paulino, una sombra, se ganó los pitos por sus imprecisiones mientras que Vadillo, que no regala una carrera, sólo se dejó ver justo antes del descanso para desperdiciar un envío en largo de Jozabed.

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La segunda parte arrancó con doble cambio de Xisco para tener más presencia arriba. No contaba el entrenador visitante con un increíble regalo de Dani Barrio, que concedió un gol a Escriche al no blocar un remate cómodo. El recién entrado ariete no tuvo dificultad para conseguir que Mateu rematara la faena.

Y ahí se acabó el partido. Porque quedaban cuarenta y tantos minutos y entre los brazos bajados de jugadores tan mediocres y la incomprensible falta de reacción del entrenador el panorama pintaba feo. Efectivamente, diez minutos después, Escriche sacó de zona a Escassi, dobló la pelota y Seoane remató a placer para hundir aún más al Málaga.

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Los tardíos cambios de Natxo González poco aportaron porque Brandon y Antoñín no están para solucionar la papeleta. Ni siquiera Chavarría, que a este paso no va a estar ni para el tramo decisivo. La Grada de Animación no tardó en comenzar el juicio sumarísimo. «Échale huevos», «Esta camiseta no la merecéis» y «Jugadores, mercenarios» fueron los cánticos más al uso. Ni siquiera la actitud contemplativa del Huesca permitió soñar al menos con recortar la distancia porque este Málaga tan ramplón no da más de sí. Ni en el campo ni en el banquillo.

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