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Un Málaga magistral en muchas facetas despidió el año con un triunfo crucial y especialmente merecido ante su afición y en homenaje a Sergio Pellicer, ... que acaba de perder a su padre. Y lo hizo en las peores condiciones posibles, con diez ausencias de la primera plantilla y con la necesidad de ganar para seguir el ritmo de los equipos de arriba, y recuperar la tercera plaza. Para colmo, dominó el choque y mereció ganar con claridad, pero llegó a sufrir al final debido a que tuvo, además, dos expulsados, por uno el Algeciras, lo que dio a la victoria blanquiazul un tinte épico.
Málaga
Alfonso Herrero, Gabilondo, Murillo (Moussa, minuto 78), Galilea, Dani Sánchez; Larrubia, Genaro, Izan Merino, Kevin (Antoñito Carmona, minuto 79); Dioni y Roberto (Loren, minuto 90). Otros convocados: Carlos López, Bilal, Víctor García, Arriaza y Ochoa
2
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Algeciras
Lucho; Rafa Roldán (Javi Cueto, minuto 90), Juan Rodríguez, Diori, Tomás (Ángel López, minuto 90); Borja Fernández, Montes; Diego Esteban (Marino, minuto 82), Turrillo, Zequi (Milosevic, minuto 69), y Adrián Sardinero (Pimienta, minuto 82). Otros convocados: Lavín, Admonio, Benavides, David Martín, Amorrortu y Merchán
Goles: 1-0, minuto 24: Gabilondo recupera un balón suelto en el área y dispara al fondo de las mallas. 2-0, minuto 74. Roberto transforma un centro de Gabilondo. 2-1, minuto 87: Pimienta acorta distancias.
Árbitro: Camacho Garrote (andaluz). Expulsó en el descanso a Genaro y Turrillo por unas incidentes en el túnel de vestuario, y abandonó el partido Dioni por dos amarillas (minuto 86). Vieron la roja otros dos miembros de los cuerpos técnicos (el del Málaga, el delegado Raúl Iznata). También fueron amonestados Galilea, Murillo, Montes Arce, Tomás, Juan Rodríguez y Marino.
Campo: La Rosaleda. 20.570 espectadores acudieron al estadio de Martiricos, con un millar de seguidores del conjunto visitante.
El incansable trabajo de los jugadores y el planteamiento del técnico ofrecieron un éxito importante y que no estaba tan claro, pues el rival recibe pocos goles y el Málaga estaba teniendo problemas ofensivos, sobre todo cara a la meta contraria, en sus partidos de La Rosaleda. Aparecieron nuevos problemas, pero el equipo funcionó en todas sus líneas por la entrega de sus futbolistas, que demostraron un compromiso sobresaliente en los momentos más adversos. La victoria, de esta manera, tiene un valor especial y supone un paso definitivo para que el club a la hora de reforzar la plantilla.
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Pellicer tuvo que hacer malabarismos para confeccionar un once tras confirmarse dos ausencias nuevas: Juanpe y Víctor García. Este último tuvo molestias instantes antes del encuentro y fue sustituido. En total, nada menos que diez bajas, todas ellas de futbolistas de la primera plantilla, lo que obligó al entrenador a utilizar a más canteranos. El banquillo, de hecho, estaba formado íntegramente por jugadores procedentes de las categorías inferiores. Pero estos cambios, sobre todo los de última hora, no afectaron al espíritu del equipo, que presionó más que nunca, a un ritmo infernal desde el primer instante. Tenían claro que a un rival defensivamente bien dotado había que castigarlo con mucho trabajo.
Y comenzó a llegar el peligro a la meta del Algeciras, sin grandes oportunidades, hasta que el joven Izan Merino 'la tuvo' en un remate que le sorprendió o en un contragolpe que Kevin no pudo culminar. Roberto también pidió un penalti, mientras que el rival del Málaga apenas superaba el centro del campo. El dominio era asfixiante, dejando sin espacio a los visitantes, que se centraron en defender. Era previsible que los blanquiazules bajaran la intensidad con el paso de los minutos, pero no fue así.
Gracias a ese trabajo espectacular y constante, el equipo de Pellicer disfrutaba una y otra vez de aproximaciones de relevancia. Y en una de ellas, tras varias intentonas, Gabilondo disparó al fondo de las mallas, haciendo justicia a los méritos de los blanquiazules, que fueron especialmente ambiciosos desde el pitido inicial. Lo celebró con el banquillo, con dedicatoria especial para Pellicer. Pero ahí no quedó la exhibición ofensiva, pues Roberto desaprovechó una ocasión muy clara, igual que Dioni. El Málaga estaba arrasando a su rival, pero seguía perdonando una y otra vez.
Después de unos minutos de cierto equilibrio tras una mínima reacción del Algeciras, sin apenas peligro para la meta de Alfonso Herrero, el Málaga volvió a la carga en busca del segundo tanto antes del descanso, y pudo conseguirlo en las múltiples oportunidades. Sólo la falta de acierto evitó que la goleada figurara en el marcador. Roberto, Dioni o Izan no estuvieron acertados en estas ocasiones, lo que permitió que el triunfo se mantuviera por la mínima tras el primer acto.
Pero llegó el desconcierto en el arranque de la reanudación, pues los dos equipos salieron al campo con un hombre menos. El árbitro había expulsado en el túnel de vestuarios a Genaro y Turrillo, los dos capitanes, además de un miembro del cuerpo técnico de cada conjunto (Iznata por el Málaga). El partido era ya otro, y el público se fue enterando progresivamente. Los blanquiazules perdían mucho más en su situación límite (no tenían más medios centro), lo que equilibró el encuentro de forma inesperada.
Pese a todo, el Málaga seguía firme en su propósito de buscar la meta contraria, lo que permitió que Roberto estrellara el balón en un poste en los primeros instantes de la reanudación. Pero también pudo marcar Sardinero, aunque falló a la hora de definir. Los diez jugadores blanquiazules tenía procedencia diversa, pero cinco de ellos eran llegados de la cantera, y con pocas opciones en el banquillo. Salieron primero Antoñito y Moussa.
El sufrimiento desapareció de La Rosaleda porque Roberto, tras un centro de Gabilondo logró el segundo tanto. La situación volvía a estar controlada por completo para afrontar los últimos minutos. Pero era un espejismo, pues la incertidumbre apareció de nuevo al acortar distancias Pimienta cuando faltaban tres minutos para el 90. Era imprescindible aguantar, aunque lo peor llegó antes con la expulsión de Dioni, lo que dio alas al Algeciras en los instantes finales del choque, en la prolongación. Y seguían los malabarismos de Pellicer para mantener al menos a siete jugadores del primer equipo en el campo (uno menos supondría una alineación indebida), recordando la etapa de la pandemia. Aunque finalmente, después de todos lo problemas, el triunfo se quedó en La Rosaleda para satisfacción de su público, con el Málaga tercero otra vez.
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