El Málaga sólo podía jugar como lo hizo en Linares. Y le sirvió para ganar de forma justa, mostrando una vez más su autoridad y la de su afición, que volvió a dar una lección con más de dos millares de seguidores desplazados hasta el ... estadio jiennense. No era fácil hacerse con la victoria, pues el conjunto local también jugó sus bazas desde las gradas, intentando compensar el ruido del público rival, que llenaba su zona y que estuvo presente en todo momento con sus cánticos y gritos de ánimo.
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Linares
Samu Casado; Dani Perejón, Rentero, Molina, Teddy (Mawi, minuto 66); A. Moreno, Rodri (Pepe Mena, minuto 39), Javi Duarte (Álex Oyón, minuto 66); Campbell, Llorente (Berlanga, minuto 66) y Samu Corral (Hugo Díaz, minuto 46). Otros convocados: Ernesto, Tano, Antonio Marín, Ortuño, Lucas y Carrillo.
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Málaga
Alfonso Herrero; Gabilondo, Nelson Monte, Juande, Víctor García; Sangalli, Genaro (Larrubia, minuto 62), Dani Lorenzo (Manu Molina, minuto 62), Kevin (Juanpe, minuto 80); Roberto (minuto 86) y Dioni (Juan Hernández, minuto 80). Otros convocados: Carlos López, Bilal, Galilea, Moussa, Dani Sánchez y Murillo.
Gol: 0-1, minuto 36: Centro desde la izquierda de Víctor García que remató Roberto desde el segundo palo al fondo de las mallas ante el intento del portero y un defensa de parar el balón. El delantero fue el jugador más destacado de los blanquiazules en este desplazamiento a Linares.
Árbitro: García Gómez (extremeño). Vieron la tarjeta amarilla a Moreno, Samu Corral, Llorente, Hugo Díaz y Genaro.
Campo: 7.023 espectadores acudieron a Linarejos, con una gran representación de malaguistas (más de 2.000), que no pararon de animar y que al final disfrutaron con el triunfo conseguido por el tanto de Roberto. Las dos aficiones se volcaron con los suyos sin que se diera ningún incidente.
Los blanquiazules, en este caso vestidos de verde y amarillo, hicieron un partido inteligente, combinando la intensidad y el ritmo con el juego en corto con los pases precisos para desatascar la zona media. El Málaga se mostró superior en todo momento, aunque en este tipo de encuentros nunca garantiza el triunfo. Los cambios de Sergio Pellicer funcionaron e impidieron que el Linares se volcara de una forma peligrosa más allá de acciones aisladas, ni siquiera en los últimos minutos del choque. El partido de los visitantes, de esta manera, fue completo en todas las líneas, con desequilibrio, trabajo y oficio.
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Pedro Luis Alonso
Con este nuevo triunfo, el cuadro malagueño alcanza el cuarto consecutivo, lo que supone un registro que no se repite desde hace algunos años y también garantiza que se mantiene en la zona alta de la clasificación, muy cerca de los primeros de la categoría. Esto supone que hasta ahora se están cumpliendo los objetivos marcados por el club y la dirección deportiva en la planificación de la temporada. El examen más exigente hasta ahora, tras el de Castellón, quedó superado con buena nota.
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Pellicer dio continuidad a su plan de las últimas semanas, con un cambio. Era una declaración de intenciones, que sufrieron en el arranque del choque ante el empuje de los locales, con un público que intentaba neutralizar la espectacular marea blanquiazul.
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El ritmo era frenético desde el primer instante, con dos equipos intentando agradar a sus entregadas aficiones. Al Málaga le costó algunos minutos asentarse en el partido. Entró algo frío al campo, lo que costó que llegaran algunas oportunidades del Linares, como una de Samu Corral y otra de un viejo conocido para los malaguistas, Javi Duarte. Pero el Málaga fue acoplándose poco a poco hasta alcanzar un cierto equilibrio. Ahí aparecieron ya las primeras aproximaciones de peligro para los visitantes por las bandas, con una opción algo más profunda para Sangalli, que estuvo a punto de rematar sobre los tres palos con el costado.
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El Málaga comenzó a cogerle el pulso al partido, defendiéndose mejor y frenando la intensidad y el ritmo del rival. Redujo el sufrimiento y se sentía ya más cómodo sobre el terreno de juego. La mayor calidad del conjunto de Martiricos le permitía generar cierta superioridad en el centro campo. Pese a todo, el Linares nunca renunciaba a ataques esporádicos que en algunas ocasiones provocaban una gran tensión en el área visitante.
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Pero el premio para los miles de seguidores malaguistas que se desplazaron hasta Linarejos estaba a punto de llegar en una acción por la izquierda, con un centro de Víctor García que Roberto remató de cabeza desde el segundo palo, superando al portero y al defensa Rentero y haciendo el primero gol. Y entonces apareció la 'locura' en la grada de los malaguistas, que saltaban y gritaban mientras que los jugadores celebraban un tanto importante y que permitía frenar el empuje local.
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Antonio Góngora
El público del Linares no se quería quedar atrás y estaba volcado con su equipo, quejándose de todas las acciones dudosas e intentando presionar al máximo al árbitro y al conjunto de Martiricos. El Málaga mandaba en el juego, pero con un Linares ahora más necesitado e intentando arrebatarle a su rival la batuta del encuentro. Hugo Díaz disparó para que Alfonso atajara el balón con seguridad. Y el partido se complicaba con cierto juego brusco.
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Pero el Málaga aguantaba las embestidas e intentaba mantener su control del centro del campo, sin perder la tensión atrás y con jugadores de refresco para frenar los arreones locales. Pese a algún remate del Linares al final del choque, el equipo blanquiazul logró el objetivo del triunfo, algo a lo que hizo méritos de principio a fin.
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