El Málaga reacciona demasiado tarde en Las Palmas (2-1)

Porque Guede tenía claro el objetivo: neutralizar el juego por dentro de Las Palmas. Para ello, apostó por un sistema que pretendía ser elástico. Sin balón el Málaga se plantaba en un 5-4-1 para evitar los pases interiores y las incorporaciones del organizador Kirian, la participación de Jonathan Viera en la media punta (especialmente) y las acciones de calidad de los futbolistas de banda amarillos. Y luego, con la posesión de la pelota, el objetivo era pasar a un 3-4-3 con Víctor Gómez y Cufré a la altura de los medios centro (Ramón y Jozabed, porque Febas se quedó en el banquillo) y con permutas continuas arriba de Brandon, Vadillo y Antoñín.

Esa era la teoría, porque la resistencia del Málaga apenas duró un cuarto de hora y el equipo pasó a recular. Un par de envíos a la espalda de la defensa evidenciaron la lentitud de los centrales malaguistas. Y mientras en el primero el ariete Rafa Mújica anduvo lento, en el segundo Jonathan Viera logró su objetivo. No el inicial, porque el disparo de su compañero en ataque fue desviado a córner, pero sí otro más relevante a muy corto plazo: la defensa visitante dio un paso atrás.

Esa decisión de la cobertura malaguista alfombró el camino a Las Palmas, que creció de la mano de su nueva perla, Moleiro. Un par de movimientos de fuera adentro, alejándose de la banda izquierda para ser otra pieza más en la media punta, provocó una avalancha grancanaria y mostró las grietas de un dispositivo de contención demasiado endeble. Apenas fueron diez minutos, es cierto, pero se barruntaba el gol local. Los laterales arriba, Kirian demasiado cerca del área, Jonathan Viera con su constante movilidad, los extremos también metidos por dentro... Demasiadas vías de agua para que Ramón y Jozabed pudieran mantener el tipo. Y así, después de un disparo al palo de Rober, entre Kirian y Jonathan Viera adelantaron a su equipo.

El Málaga trató de recuperar terreno. Lo consiguió más que nada por la actitud contemplativa del rival, que aguardaba un error visitante en la salida de la pelota (demasiadas dudas de Peybernes y compañía) o una opción para un contragolpe fulminante. Moleiro, cómo no, pudo abrir más brecha en la última acción de la primera parte –en un gravísimo error de los blanquiazules tras un córner a su favor– mientras sólo Vadillo intimidó al cuadro g

Guede, como ha sido habitual en su carrera (y ya es perceptible en el Málaga), no espera a los diez o quince minutos de la segunda parte para introducir cambios, así que en el descanso asumió el error de su apuesta táctica. Prescindió de Peybernes y rescató a Febas para retornar a un cuarteto defensivo y tratar de tener más la pelota. Efectivamente, el equipo se hizo con el control frente a un rival a la expectativa de tener más espacios para acelerar en el último tercio del campo.

La movilidad del trío de ataque sirvió de poco ante la falta de un 'nueve' que sujetara a la defensa local. No tardó García Pimienta en reforzar la medular con Maikel Mesa para tratar de igualar la partida. Desde ese instante el Málaga apenas tuvo opciones. Sí comenzó a coleccionar oportunidades Las Palmas, por medio de Jonathan Viera (dos veces) y Kirian. La endeblez visitante era demasiado evidente, a lo que se sumaron las dudas en la salida de la pelota. Guede optó por un triple cambio con el que adelantó a Genaro y buscó la referencia arriba de Sekou. Fue el cuadro grancanario el que incrementó su ventaja por medio de Jesé (no estuvieron finos Jozabed y Dani Martín), pero ese doble cambio táctico le dio más energía al Málaga, que marcó por medio de Febas y tuvo el empate en un remate de cabeza de Roberto. La reacción fue demasiado tardía.