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Ni primero con los suplentes ni después con algunos titulares. El Málaga volvió a las andadas en la Copa con una actuación en la que se mostró inofensivo, sin recursos para controlar el partido ante el bullicioso Gimnàstic, demasiado frágil a balón parado y sin ... una sola buena noticia (si acaso, algunos destellos de Bilal en el lateral derecho). Es desesperante ver la constante incapacidad del equipo blanquiazul cada vez que se acerca al área contraria.
Pepe Mel incidió en su comparecencia previa al partido en la necesidad de que los jugadores no habituales de un tiempo a esta parte dieran un paso adelante y aprovecharan su oportunidad. Para ello, apostó por un once con un solo titular el pasado domingo frente al Alavés, Ramalho, aunque como central junto a Juande. La cobertura se completó con Bilal y Bustinza en los laterales (el segundo, con una máscara protectora por su último percance) mientras que en el centro del campo jugaron Ramón, Luis Muñoz y N'Diaye. El primero lo hizo como teórico medio de contención para valerse de su salida de la pelota, pero también porque el senegalés y el malagueño tienen más llegada y más capacidad en la presión. El ataque estuvo integrado por Álex Gallar e Issa Fomba como extremos con Fran Sol como pieza más adelantada.
Gimnástic Tarragona
Parra; Pol Domingo, Quintanilla, Eric Montes, Joan Oriol; Marc Álvarez (Pochettino, min. 70), Gorostidi, Montalvo, Bonilla (Andy, min. 88); Aarón Rey (Pablo Fernández, min. 48), y Guillermo (Lupu, min. 70).
2
-
1
Málaga
Manolo; Bilal, Ramalho, Juande, Bustinza; Ramón; Álex Gallar (Fran Villalba, min. 62), N'Diaye (Febas, min. 62), Luis Muñoz (Rubén Castro, 74), Issa Fomba (Juanmita, min. 85), y Fran Sol (Loren, min. 85
Goles. 1-0, min. 13: Saque de banda del Nàstic que prolonga un jugador malaguista al segundo palo. Aarón Rey, completamente solo, remata y el balón lo repele Manolo. Guillermo no atina en el rechace, pero sí Pol Domingo. 1-1, min. 32: N'Diaye remata a placer con el interior en la zona del punto de penalti un centro de Bustinza. 2-1, min. 81: Pablo Fernández, de fuerte disparo tras un mal despeje de Ramón en el área.
Árbitro. Caparrós Hernández (valenciano). Mostró tarjeta amarilla a N'Diaye, Bonilla y Joan Oriol.
Incidencias. Partido de la segunda eliminatoria de la Copa del Rey, disputado en el Nou Estadi Costa Daurada de Tarragona. Asistieron 4.606 espectadores.
El Málaga salió dispuesto a mandar, pero demasiado pronto el control se diluyó frente al Nàstic. El cuadro catalán, arropado en un 4-4-1-1 con las líneas muy juntas, mostró pronto sus cartas con dos envíos en largo para sorprender a la espalda de los laterales blanquiazules, lo que le permitió la confianza necesaria para no sentirse inferior. El conjunto de Mel cedió demasiado pronto al empuje del adversario y también a las primeras de cambio confirmó sus dificultades para defender las acciones a balón parado. El primer aviso se produjo a los ocho minutos, con un remate cómodo de Quintanilla y poco después, al filo del cuarto de hora y en un saque de banda, se produjo un descuido imperdonable en el segundo palo (por allí andaba N'Diaye) que acabó por costar el gol de Pol Domingo tras los intentos de Aarón Rey y Guillermo.
Al Málaga le costó conectarse de nuevo. Hubo que esperar hasta la media hora, cuando entró en juego Luis Muñoz, porque hasta entonces ni Ramón imponía el ritmo adecuado (otra oportunidad perdida del granadino) ni por delante los movimientos de los teóricos futbolistas de ataque permitían desbordar con peligro (Álex Gallar se alejó de la banda sin éxito). La aparición del malagueño bastó para reactivarse, primero con un tiro muy flojo desde la frontal y después con una aparición en el área que sirvió para desarmar al contrario. N'Diaye pudo resarcirse de su despiste en el 1-0 y acabó por empujar con comodidad el centro de Bustinza. De ahí al descanso, más de lo mismo: dificultades visitantes para llegar al área, papel insulso de casi todos y nuevo descuido a balón parado, con un remate de espaldas de Montalvo en una falta lateral que obligó a Manolo a reaccionar con celeridad para enviar a córner.
Tras el descanso el conjunto local sufrió pronto la baja de Aarón Rey, lo que llevó a Raúl Agné a apostar por dos puntas con la entrada de Pablo Fernández. Su intención era impedir que Ramón pudiera sacar la pelota con comodidad y lo consiguió hasta que Mel movió ficha e introdujo a Febas y Fran Villalba para tener más alternativas en el comienzo de la jugada. El Nàstic, que sólo había tenido opciones por la preocupante fragilidad blanquiazul a balón parado, cedió terreno, pero tampoco sufrió porque el Málaga es totalmente inofensivo. Dio igual que el técnico introdujera al filo de la media hora a Rubén Castro porque ni este ni Fran Sol (que se marchó casi inédito) ni Loren (recurso a última hora) tuvieron una sola opción de remate. Demasiadas conducciones de los centrocampistas y nulos servicios desde las bandas.
Fran Villalba se asomó con un disparo en el minuto 81 y a renglón seguido en una muestra más de la habitual falta de contundencia Pablo Fernández aprovechó el despeje a medias de Ramalho y el calamitoso golpeo de Ramón para adelantar al Nàstic, que defendió amurallado su renta ante un Málaga otra vez sin recursos en ataque.
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