Secciones
Servicios
Destacamos
Una jornada más, una semana menos para el milagro. El Málaga y Míchel no tienen soluciones ni crédito. El Espanyol se limitó a marcar muy pronto y a mantenerse ordenado para no pasar apuros frente a un equipo que ofreció de nuevo unas carencias ofensivas ... y una falta de recursos alarmantes. Sin llegada ni definición cualquier despiste se paga muy caro. La historia se repitió en La Rosaleda entre el hartazgo de una afición que clama contra el presidente (totalmente ausente) y el entrenador.
Málaga
Roberto; Rosales, Luis Hernández, Ignasi Miquel, Diego González; Keko (Juanpi, m. 68), Recio, Iturra, 'Chory' Castro (Ontiveros, m. 58); En-Nesyri y Peñaranda (Borja Bastón, m. 58).
0
-
1
Espanyol
Pau López; Javi López, David López, Mario Hermoso, Aarón; Baptistao (Piatti, m. 64), Darder (Granero, m. 90), Javi Fuego, Víctor Sánchez (Didac Vila, m. 61); Sergio García y Gerard Moreno.
Goles: 0-1, min. 6: Centro desde la izquierda de la portería de Roberto con dejada de cabeza de Sergio García para que Sergi Darder empalme solo en la frontal del área y mande el balón ajustado al palo derecho.
Árbitro: Mateu Lahoz (Colegio Valenciano). Muy por encima del partido, tampoco tuvo excesivo trabajo. Mostró tarjeta amarilla a David López, Recio, Hermoso, Diego González y Javi Fuego.
Incidencias: Partido correspondiente a la décimo octava jornada de la Liga Santander, disputado en el estadio de La Rosaleda ante 12.500 espectadores.
En un equipo, Peñaranda y En-Nesyri; en el otro, Baptistao, Sergio García y Gerard Moreno. Sin Rolan y con Borja Bastón renqueante, el Málaga compareció en punta en la primera cita de 2018 con un descartado en verano y otro que en principio saldrá las próximas semanas. Y por si fuera poca la teórica superioridad visitante en la faceta goleadora, a las primeras de cambio –rebasado el minuto 5– se produjo un error generalizado en una acción trabajada hasta la saciedad durante la semana: los centros de los laterales españolistas y las dejadas para un remate cómodo desde la segunda línea. El verdugo tuvo que ser precisamente Sergi Darder, un ejemplo claro de la paulatina descomposición de la plantilla con tanto traspaso y tantos errores de planificación las dos últimas temporadas.
Poco más hizo el Espanyol hasta el descanso. Tampoco le acuciaba la necesidad. Se parapetó muy pronto en un 4-4-2 con Darder como falso extremo derecho para tratar de tener la pelota y proteger su renta. El Málaga había mostrado síntomas de reacción después del varapalo con dos apariciones de Keko por el flanco derecho en las que castigó la fragilidad defensiva del lateral Aarón. Ni Chory ni Peñaranda atinaron y acentuaron aún más la convicción de que el equipo está demasiado limitado en la definición. A estas alturas las carencias en este aspecto son incuestionables.
El resto de la primera mitad fue un continuo empeño del Málaga por tratar de sacar partido de la circulación del balón para encontrar resquicios en un rival bien ordenado. Hubo más juego que llegada y sólo la pareja Rosales-Keko sacó réditos por la derecha, donde Darder tuvo que pensar más en cerrar que en crear. El Espanyol se sintió cómodo al amparo de la pareja Víctor Sánchez-Javi Fuego y pronto sus centrales supieron neutralizar los intentos de En-Nesyri por aprovechar su velocidad. El marroquí fue a menos conforme avanzó el partido. Del otro atacante blanquiazul, Peñaranda, hubo pocas noticias, salvo sus típicos movimientos de espaldas en zona de nadie.
Objetivo: aprovechar la banda derechaEl Málaga volcó mucho el juego a la derecha para aprovechar que Sergi Darder jugaba más por dentro
Más juego directo y dos estilos distintosCon la entrada de Borja Bastón el Málaga buscó un juego más directo, primero sin medio punta y luego con Juanpi
Quique opta por un ‘doble lateral’Tras la lesión de Víctor Sánchez el técnico visitante evitó riesgos y optó en la izquierda por la pareja Aarón-Didac
Míchel probablemente barruntaba hacer cambios muy pronto en la reanudación. Y optó por dos variantes superados los diez minutos. El técnico se la jugó con Borja Bastón y Ontiveros con la clara intención de contar con dos referencias claras arriba para explotar los servicios laterales. Pero en la primera que tuvo el ariete malaguista, en un servicio magnífico de Rosales, el madrileño se encogió en vez de rematar. Quique Flores ya había resuelto la lesión de Víctor Sánchez con el cambio de posición de Darder y la apuesta por un ‘doble lateral’, Aarón-Didac.
La segunda parte transcurrió sin oportunidades, porque el Espanyol se conformó con el resultado y además salió con muy poca fe cuando tuvo alguna opción clara al contragoles (a veces, con una superioridad numérica apabullante). El siguiente movimiento de Míchel fue recurrir a Juanpi –Ontiveros y En-Nesyri se situaron como extremos ante la salida de Keko–, pero una vez más la aportación del venezolano, como en los otros dos futbolistas de refresco, fue casi nula.
El partido murió en un estadio cada vez más vacío, en una absoluta indiferencia –los cánticos contra Al-Thani y Míchel fueron habituales desde el 0-1– y con la sensación cada vez más evidente de que sólo un milagro evitará el descenso blanquiazul a Segunda.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.