Secciones
Servicios
Destacamos
Uno de los elementos más seductores del fútbol es su factor sorpresa, y el malaguismo se llevó una muy grata el pasado domingo en la victoria ante el Lugo. Tras casi once meses sin ganar como local en La Rosaleda, el equipo blanquiazul salió de inicio con un jugador desconocido para el gran público en su once titular, que minutos después del pitido inicial se convirtió en protagonista absoluto. El entrenador, Pepe Mel, apostó por Cristian Gutiérrez, un marbellí que en poco más de un mes cumplirá 22 años y que ni en sus planes más optimistas esperaba vivir una noche así, que pasa a ocupar uno de los momentos más importantes de su vida.
Se presentó como un antídoto para romper el maleficio malaguista como local. Una aparición inesperada que llegó en el momento justo. Corría el minuto 4 de partido y el atacante del filial, con el '39' a la espalda, no se arrugó en disparar a portería desde la frontal del área en su primera jugada. Este desparpajo tuvo premio inmediato y logró hacer un gol clave. Inolvidable para él y muy necesario para refrescar el clima de tensión que se generó en la previa del encuentro por crisis deportiva con la que llegaba el equipo, anclado en la parte más baja de la clasificación.
Esta mochila no la llevaba Cristian, que hasta hace unas semanas se entrenaba con el filial, el Atlético Malagueño, sin demasiadas expectativas de subir al primer equipo. Pero ante la falta de especialistas de banda, el preparador malaguista, Pepe Mel, se fijó en él por su perfil de extremo zurdo que actúa principalmente en el carril izquierdo, unas características que casan con la idea del entrenador de ensanchar el juego de su equipo al máximo que ofrecen las líneas del terreno de juego. Pero al margen de esta sucesión de motivos, ¿de dónde sale Cristian? Es una pregunta que se hacen múltiples aficionados, algunos de ellos incluso seguidores también de la cantera malaguista, pero que apenas tienen referencias de este jugador.
Y es que esta es la primera temporada de Cristian en el Málaga y tampoco contó durante la pretemporada con el primer equipo. Aunque destacó en diferentes equipos del fútbol base provincial, nunca accedió a las categorías inferiores blanquiazules. Hizo sus primeros progresos en el fútbol con el Peña Los Compadres, el club más cercano a su casa en Marbella, en concreto en el barrio Plaza de Toros, que curiosamente también es el origen de otro canterano malaguista en auge aunque ya algo más conocido, Dani Lorenzo (que también marcó un gol ante el Lugo). Cristian también pasó por otros equipos de su ciudad como el Vázquez Cultural, el Pablo Picasso o el propio Marbella, con el que debutó en Segunda B con apenas 17 años. De ahí que sea muy reconocido en la localidad como una de las promesas de su fútbol. Al historial de equipos en edad de formación también hay sumarle la temporada que pasó en el Tiro Pichón, en Málaga capital.
Tras destacar en su primer año como juvenil fichó por el Granada, donde llegó a jugar la Copa del Rey de esa categoría. Luego no encontró sitio en el filial rojiblanco durante dos temporadas y estuvo cedido primero en el Huétor Vega, de Tercera División, y luego en el Atzeneta valenciano, donde fue entrenado por el histórico exjugador del Valencia y la selección española, Albelda. Dos experiencias que le abrieron la puerta al proyecto del Recreativo Granada la campaña pasada, la 21-22.
En el filial del Granada tuvo un recorrido irregular, pero llegó a ir convocado con el primer equipo de la mano de Robert Moreno para la primera ronda de la Copa del Rey ante el Laguna tinerfeño sin llegar a debutar. El pasado junio quedó libre tras acabar contrato y acabó llegando al Atlético Malagueño gracias a la relación del técnico del segundo equipo blanquiazul, Juanfran Funes, con el técnico que hizo debutar a Cristian con el Marbella cuando era juvenil de primer año, Fernando Estévez.
La oferta malaguista le generó un gran entusiasmo a Cristian, que siempre había deseado vestir de blanquiazul y además le daba la opción de volver a vivir en casa tras cuatro años fuera. No le importó bajar a competir a Tercera RFEF si existía una remota posibilidad de engancharse al primer equipo como ha sucedido recientemente. Fue una apuesta por otro filial en su última temporada como sub-23 (razón por la que firmó por sólo un año como malaguista) que está teniendo un comienzo ilusionante y que puede acabar siendo en un punto clave de su incipiente carrera.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Pilar Martínez | Malaga y Encarni Hinojosa
Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.