El precio de las victorias del equipo dirigido por Muñiz es elevado en angustia, desasosiego o tribulación. El encuentro ante el conjunto gallego fue un botón más del muestrario de triunfos locales, con los mismos o parecidos patrones. El equipo tiene poco juego y mucha eficacia. Parece un contrasentido, pero no. Cuando se ha iniciado la segunda vuelta liguera, creo comprender por qué anunciaban las dificultades de esta categoría. Las carencias, deficiencias técnicas y la falta de una auténtica estrella producen una igualdad que recogen los marcadores. Ya vieron al Reus y hace unos días fue otro de los colistas el que generó los suspiros de La Rosaleda.
Como en los almirabados finales de películas, los tres puntos fueron a la buchaca blanquiazul, lo que tiene mérito. El partido no fue bueno ni malo, sino mucho peor. Uno más de esta Segunda División. Para extractar, paso a una serie de apuntes. Primero: se celebró la victoria a lo grande en un choque con numerosas deficiencias, especialmente en la primera parte. Mucho pelotazo, poco juego y descoordinación en las líneas. Segundo: cuando uno, en cualquier profesión no tiene 'su día', mal asunto. Que le pregunten a Munir, de los jugadores más destacados en la temporada. En esta ocasión, sin tener mucho trabajo, casi todo le salió mal. Dificil de explicar. Por fortuna en el minuto 81 el guardameta realizó un paradón de categoría a remate de Iriome.
Tercero: ¿acertó Muñiz con los tres cambios a partir del minuto 67, o Dani Pacheco, el delantero debutante Seleznov y Juanpi debieron figurar en la alineación inicial? Cuarto: Cifu y Renato se estorbaron en más de una ocasión en la banda derecha. Por cierto, ¿alguna vez han visto driblar al extremo portugués? Quinto: Lomban no superó a Diego González. Otro problema. Sexto: N'Diaye dio la sensación durante el primer tiempo de que ya se había marchado a la Copa de África. En el segundo tiempo mejoró, pero sin estar en línea de los primeros partidos. Séptimo: Ricca va a más. Se supera. Creo que se erigió en el líder del Málaga. Octavo: Dani Pacheco, que participó en el primer gol (con el pase a profundidad a Blanco que desembocó en la expulsión del central visitante Josete), demostró que tiene clase. Noveno: Seleznov, antes de saltar al campo, ya se había ganado a un sector del público… En fin, otra confrontación al compás de 'Suspiros de La Rosaleda', interminables resoplidos en un encuentro para olvidar.
Entre todos la mataron y ella sola se murió. Ya han quitado de enmedio al Reus. Uno menos en Segunda, y se acabaron los problemas por los desencuentros de Liga Profesional, Federación Española de Fútbol y AFE. Como en la 'Parrala' de mi niñez, los responsables del fútbol español, desde sus respectivos organismos, se han pasado el tiempo con el mismo estribillo: «Que sí, que sí, que sí»... Y «Que no, que no, que no»... El triste final ha sido desenganchar al Reus de la competición, que, todo sea dicho, a día de hoy puede presentar una alineación que contempla la reglamentación. Otra cuestión es el futuro inmediato. ¿Quién lo sabe? Podía surgir un cambio interno, con dinero por delante. Total, que unos contra otros han dado con un final lamentable. He de suponer que se exigirán responsabilidades.
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