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Después de los preparativos necesarios y con todo a punto ya, las obras de La Academia del Málaga han arrancado hoy al fin en la parcela de Arraijanal. Con la constructora Hermanos Campano al frente, se reanudan los trabajos de la nueva ciudad deportiva del club de Martiricos tras dos años parados por la falta de financiación (coincidió con el descenso del primer equipo a Segunda). La imprescindible y simbólica instalación, de esta forma, echa a andar de una forma decidida, en principio, hasta la conclusión de una parte reducida de la primera fase de un ambicioso proyecto.
En la imagen que acompaña esta información, tomada esta misma mañana, se puede apreciar que los trabajos están ya en marcha. Allanar las zonas donde van los campos y rellenar las irregularidades del terreno para que todo quede nivelado se perfila como los primeros movimientos y los más importantes del nuevo plan, ya que la base fundamental se centrará en construir los terrenos de juego, quedando el resto de las instalaciones suprimidas o reducidas a las mínimas necesarias para que la ciudad deportiva pueda funcionar.
La 'mini Academia' que quedará al final de las obras estará compuesta por dos campos de hierba artificial, quitando de la primera fase, un tercer terreno de césped natural y con graderíos (estos están con la estructura levantada, pero no se acabarán). También se construirán vestuarios para ofrecer un servicio básico y otros elementos imprescindibles (urbanización de la zona, entrada a la instalación, un pequeño aparcamiento...). Será una ciudad deportiva diferente a la prevista, pero después, cuando el club pueda, se irá completando poco a poco. Esa es la idea.
Las obras, que las comenzó Bilba y ahora las continúa Hermanos Campano, tienen un presupuesto de unos tres millones, lo que supone una reducción muy importante en relación al proyecto inicial (se han reducido costes y también se han eliminado elementos). Este dinero deberá llegar de la partida de 4,4 millones que consiguió el club (concretamente su Fundación) por la venta de la parcela por la que le fue permutada la ciudad deportiva de El Viso, que era el único patrimonio del equipo de Martiricos, al margen de sus futbolistas. Si bien esta cantidad ha quedado sensiblemente reducida tras el pago de los préstamos consignados por el club a la propia Fundación (había varias partidas previstas ya en las cuentas de la pasada temporada).
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