Son demasiadas las carencias que muestra el árbitro granadino (aunque adscrito al Colegio Madrileño) Moreno Aragón. No es entendible cómo con estas condiciones y las exigencias que se le suponen al fútbol profesional pueda sostenerse temporada tras temporada (esta será la cuarta) en la categoría ... un colegiado tan limitado: con miradas amenazantes, desplantes ante los jugadores amonestados y un continuo diálogo despectivo con estos. Las tarjetas a Matos y Escassi son buena prueba de ello.

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Lo positivo: Su juventud es la única condición a destacar (cumplirá 30 años al comienzo de la siguiente temporada). Acertó al anular el gol a Stuani por falta a Soriano, además de que el balón al tocar en el césped le dio en la mano. La serenidad y la templaza son actitudes necesarias en un árbitro. Moreno Aragón adolece de ambas. Es también una necesidad la buena sintonía y coordinación con su equipo (asistentes y cuarto árbitro) para que el control de las incidencias sea la adecuada. Sin embargo, el cuarto (Roca Robles) se erigió en un innecesario protagonista en la expulsión de Pellicer y la amonestación de Joaquín en la grada.

Lo negativo: Su actitud de suficiencia en todos sus gestos y movimientos en el control provoca una tensión añadida a la propia que el futbolista ya tiene en el juego. Esto es lo contrapuesto a lo que es recomendable. Transmitir serenidad y cierta humildad es a veces importante. Expulsar a Mejías por abrir el brazo al tratar de zafarse de la marca de Stuani en el centro del campo, sin estar en disputa del esférico y a su espalda (sin tampoco verlo el cuarto y sólo Arcediano Monescillo desde el VAR), y entenderlo como agresión me parece excesivo.

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