Las claves de un Málaga forjado a fuego

Y eso ahora, con la tensión ya relajada por la consecución del objetivo de la permanencia en Segunda un año más y a falta de una jornada para el final, se valora como un bagaje impagable para los implicados, sigan o no en el futuro reciente en la disciplina blanquiazul. Podrán contar cómo salieron vivos de una temporada infausta que da para guion de ficción.

Desde que en Santander comenzaron la temporada sin ni siquiera el mínimo de fichas profesionales (no se había firmado aún al delantero del equipo, que acabó siendo Sadiku), por lo que fueron sancionados levemente y hasta el final ha sido un problema continuo. Hasta meses de tensión entre el presidente y propietario del club, Al-Thani (hoy apartado de la gestión por la Justicia aunque sigue siendo el máximo accionista), a miles de kilómetros de distancia, y los principales responsables del equipo, en la ciudad, que acabó con la destitución del director deportivo primero y luego del entrenador, Víctor Sánchez del Amo, que para colmo fue víctima de una caso de extorsión con un vídeo sexual suyo que se difundió por las redes sociales.

Sin duda, la nota más surrealista del curso, que retumbó a nivel mundial y conmocionó al vestuario. Para luego contemplar el posterior desfile de otros responsables con la presencia de un breve director general, Richard Shahhen, que llegó a 'poner orden' de mala manera, creando más dudas e inseguridad en la deriva del club. Parecía insalvable, porque la intervención judicial y la llegada del nuevo administrador designado por la Justicia tampoco prometían nada.

Pero la plantilla sacó fuerzas de flaqueza, como quiso destacar el capitán Adrián: «Demuestra lo que ha sido esta plantilla durante toda la temporada. Creo que lo ha visto todo el mundo, no hemos puesto ningún tipo de excusa a pesar de que las circunstancias eran las que todos sabemos». Y dieron una oportunidad a los que se habían quedado y no pensaron dejar morir al equipo en ningún momento. Se pusieron a la orden de Manolo Gaspar primero y de Pellicer después para seguir a pies juntillas el plan que ha acabado saliendo bien.

Y es que la llegada de Pellicer al primer equipo desde el filial (un salto complicado aunque algunos capitanes ya conocían al técnico de haber estado de ayudante anteriormente) volvió a trazar una tranquilidad mental que los jugadores necesitan para rendir. Les transmitió su plan para la reconstrucción desde la naturalidad de las situaciones, ejercitando la capacidad de relativizar, y sobre todo trabajar en silencio (para el cuerpo técnico han sido muchas horas más de las que plasma el contrato) y con honestidad dentro del vestuario. «En esta vida hay que tener la conciencia tranquila y eso es ir de verdad e ir de frente», lo resumió Pellicer anteayer tras el partido. Y así se ha logrado enderezar el rumbo, hasta con una pandemia en medio de todo, para el colmo de los colmos.