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El Comité de Competición no ha escatimado en la severidad de los castigos con el Gimnástic de Tarragona el sábado, en el duelo de vuelta de la final de la fase de ascenso a Segunda División, en el que el Málaga logró en el añadido de la prórroga (2-2) un gol que le posibilitó subir de categoría. el juez único ha impuesto cuatro partidos de clausura al estadio a cumplir en competición oficial, 10.000 euros en multas, doce partidos de sanción al futbolista David Concha y cinco encuentros y tres meses de suspensión a Nacho Fernández.
Todo parte de los incidentes en el partido, con problemas con los balones, lanzados al campo a destiempo o con retrasos en la devolución, más las amenazas recibidas por el árbitro, el vasco Mallo Fernández, mientras estaba en el vestuario al final del choque, recogidas en el acta. La gravedad de la multa sobre el estadio se apoya también en el lanzamiento de una moneda de 20 céntimos al portero malaguista Alfonso Herrero, el lanzamiento de un petardo y el encendido de bengalas detrás de una portería.
A eso se le suma el agravante de reincidencia en el Nou Estadi esta temporada. En septiembre ya se multó al Gimnástic por no impedir el acceso de un espectador al terreno de juego causando lesiones a un recogepelotas; en febrero, otra por alteración del orden del encuentro de carácter leve ante el Real Unión; en abril, otra multa leve ante el Celta B, y una más en los 'play-off' ante el Ceuta.
"Resulta evidente que se ha puesto en peligro la integridad física de los árbitros, con evidente afectación directa de su integridad moral mediante los insultos y amenazas de todo tipo, llegando a abrir la puerta del vestuario donde se encontraban los árbitros. Respecto de las amenazas, no solo se dirigieron contra su persona, sino contra la vida de sus familiares: inaceptable en términos absolutos, y sin duda, tales conductas merecen el adecuado reproche disciplinario. Pero lo más grave de tan lamentable situación es que los deplorables hechos han sido protagonizados, precisamente, por algunos dirigentes del club local según propias manifestaciones de los miembros de seguridad", concluye el juez único en su largo pronunciamiento.
Respecto al futbolista David Concha, autor de un gol en el partido de ida de la final, en La Rosaleda, se le aplican seis parrtido de suspensión "por gritar y gesticular protestando una decisión del árbitro principal y dirigirse hacia uno de los árbitros asistentes con insultos y ofensas verbales, con multa accesoria en cuantía de 270 euros al club y de 1.800 al infractor, en aplicación del artículo 99"; dos encuentros de suspensión "por no dirigirse al vestuario tras ser expulsado, negándose a retirarse, con multa accesoria en cuantía de 45 euros al club y de 600 al infractor (artículo 121.3)", y cuatro partidos de suspensión "por manifestar una actitud violenta hacia uno de los árbitros asistentes, lanzándole agua de una botella y vaciándola sobre su cuerpo, con multa accesoria en cuantía de 180 euros al club y de 1.200 al infractor (artículo 101)".
Sobre Nacho González, expulsado en el minuto 63, hay un partido de sanción por ella, a lo que se suman tres meses de suspensión "por agresión contra árbitros, directivos o autoridades deportivas, tras ser expulsado, con multa accesoria en cuantía de 270 euros al club y de 1.800 al infractor (artículo 104)"; dos partidos de suspensión "por no dirigirse al vestuario tras ser expulsado, negándose a retirarse, con multa accesoria en cuantía de 45 euros al club y de 300 al infractor (artículo 121.3)", y dos partidos "por protestas a los árbitros tras haber sido expulsado, encontrándose en la boca de vestuarios, con multa accesoria en cuantía de 90 euros al club y de 300 al infractor (en aplicación del artículo 127)".
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