En el fútbol los pases ordenan el juego, la construcción de las acciones de ataque, hasta la búsqueda de una ruta para el balón, en ... la búsqueda de los espacios libres. En este sentido Ramón Enríquez es el metrónomo del Málaga, el que marca el ritmo, su pulso. Los mejores momentos del equipo durante la angustiosa pasada campaña fueron también los más brillantes por parte del medio centro de Órgiva, del que se añora su regreso, a pesar de la racha de cuatro partidos ganando.
Publicidad
Se han cumplido ya cinco meses sin Ramón, y se cumple la profecía de Sergio Pellicer. «Lo conozco desde infantiles, cuando se entrenaba en La Virreina. Cuando estaba en su mejor momento le sucedió lo de la clavícula, y el año pasado, otra lesión», sostuvo hace pocos días al ser abordado en rueda de prensa acerca del tiempo que puede restarle de recuperación al centrocampista canterano.
Porque lo de Ramón va para rato, y se ha alargado mucho más de lo previsto. La pesadilla comenzó el 23 de abril en el Anxo Carro de Lugo (0-2), en plena remontada del Málaga, con cuatro victorias en cinco jornadas, y la reacción del equipo se paró. No fue casualidad. Fue caerse Ramón (una rotura fibrilar en el cuádriceps derecho, que luego se confirmó que era una lesión miotendinosa; es decir, con la rotura completa del músculo) y desbaratarse las últimas opciones de esperanza en la permanencia: dos empates dos derrotas y una sola victoria para acabar la temporada con el temido descenso a Primera RFEF.
«Hay que ir paso a paso y aún le queda mucho. Hay que tener calma con él. Queda mucho», insiste Pellicer, que a pesar del contratiempo no quiere que Ramón se vuelva a romper cara a poder contar con sus servicios el mayor número de meses posibles.
Publicidad
Aunque, inicialmente, tras salir del campo lesionado en el Anxo Carro, se confiaba en su reaparición antes del final de la Liga, pronto se conoció que no iba a ser así, pero más duro fue comprobar que tampoco estaba listo para comenzar la pretemporada, lo que supone un contratiempo cara a ponerse al ritmo del resto de sus compañeros.
La cautela es máxima con Ramón, que ya ofrece señales en los últimos días de estar más cerca del final del túnel, pero al que aún le quedan semanas, pues todavía ha de trabajar con balón, unirse al grupo en partidillos e ir recuperando ritmo de competición, pero como ha reconocido el propio director deportivo, Loren Juarros, Ramón es (junto a Haitam, la otra baja desde el inicio del torneo) «el mejor fichaje».
Publicidad
El problema de Ramón no oculta también su condición de jugador frágil, tendente a las lesiones. No se ha librado de esa etiqueta. De hecho, en la pasada campaña ya estuvo casi inactivo cuatro meses, porque desde inicios de noviembre de 2022 hasta marzo sólo jugó 17 minutos en la Liga, y en enero sufrió una recaída mientras se acercaba su reaparición. Sin embargo, sus actuaciones en apenas y medio constataron su ascendiente en el juego del Málaga a poco que se sienta importante y con un buen encaje en el sistema de juego. Seguramente, su puesto podría ser el que hoy ocupa Genaro, aunque también el de Sangalli o Dani Lorenzo.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Pillado en la A-1 drogado, con un arma y con más de 39.000 euros
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.