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La Policía Nacional sigue recorriendo la cadena de usuarios que compartieron por WhatsApp o redes sociales el vídeo íntimo del exentrenador del Málaga Víctor Sánchez del Amo. El objetivo que se han marcado los agentes del Grupo de Ciberdelincuencia es identificar a cada uno de ellos. O al menos, al mayor número posible.
En las últimas semanas, se han producido cinco nuevas detenciones y, como las seis anteriores, ninguna relacionada con la extorsión sufrida por el ex técnico malaguista, sino con la posterior difusión de esas imágenes a través de servicios de mensajería instantánea (principalmente, WhatsApp y Telegram) y redes sociales.
Precisamente, la primera detención, que data del 10 de enero, se produjo por publicar el vídeo en Twitter. Fue arrestado un vecino de Puente Genil (Córdoba) de 41 años. Su testimonio les condujo a determinados grupos de WhatsApp donde, al parecer, habían empezado a distribuirse previamente esas imágenes.
El objetivo de los policías sigue siendo llegar al origen de esa cadena de WhatsApp; es decir, a la primera persona que compartió el vídeo en un grupo, ya que ese usuario podría aclarar en qué perfil, red social o aplicación encontró las imágenes de Víctor, que fueron tomadas por ciberdelincuentes sin que él fuese consciente de que estaba siendo grabado.
La investigación se mueve en dos vías diferentes. Por una parte, los agentes intentan seguir el rastro de la red de extorsionadores, que reclamaban al ex entrenador malaguista el pago de 20.000 euros en bitcoins (moneda virtual) bajo la amenaza de que, si no accedía, harían público el vídeo sexual. Este tipo de organizaciones mafiosas suelen usar anonimizadores de red para camuflar la verdadera IP (matrícula) del ordenador desde el que actúan.
Los delincuentes presionaron durante horas al entrenador -que presentó su primera denuncia el día 5 en la comisaría de Oviedo- amenazándolo con difundir las imágenes. Llegaron a escribirle mensajes del tipo «podemos quedar como amigos, sin escándalos, pero no pongas a prueba mi paciencia». Víctor no cedió al chantaje y el vídeo acabó en las redes sociales. Eso le llevó a ampliar la denuncia, ya en la Comisaría Provincial de Málaga, donde se lleva el peso de esta investigación.
La segunda línea de trabajo, la que se centra en la difusión de las imágenes, es la que está dando más frutos. El mensaje de la policía es de tolerancia cero frente a este tipo de conductas, que constituyen una vulneración a la intimidad de la víctima, haya dado o no su consentimiento.
En el caso de Víctor, el vídeo se obtuvo sin que él fuese consciente de que estaba siendo grabado para, posteriormente, usarlo en el chantaje. Frente a ese hecho, que convierte al técnico en víctima del delito, el Málaga adoptó la decisión, primero, de suspenderlo temporalmente de funciones y, después, de despedirlo.
Ese vídeo, obtenido de forma ilícita, empezó a circular a través de WhatsApp y acabó haciéndose viral en las redes. El usuario de Puente Genil, primer detenido, habría publicado un mensaje en Twitter que fue 'retuiteado' por otros 160 usuarios antes de que él lo eliminara. Los investigadores no han encontrado vínculo alguno entre el arrestado y los extorsionadores, por lo que se cree que colaboró, al parecer inconscientemente, en la difusión de dichas imágenes.
Después, otro tuitero creó un nuevo mensaje con el vídeo, que difundió en la misma red social y que fue 'retuiteado' a su vez por más de 770 personas. Esas dos cadenas sitúan en el horizonte de la investigación a más de 930 usuarios de Twitter, a los que los agentes tratarán de identificar.
Las pesquisas, que dirige el Juzgado de Instrucción número 10 de Málaga, continúan abiertas y, a la vista de lo exhaustivas que están siendo, se prevé que continúe el goteo de detenciones.
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