Chute de autoestima y de moral

Un debe que nunca se le perdonará a quienes tuvieron que evitarlo y no lo hicieron por racanería y cierta desidia, porque el Málaga necesita ser un equipo grande representativo de una gran ciudad y de una gran provincia, y no podemos conformarnos con que vengan equipos de barriadas (con todo mis respetos) y se lleven a nuestros mejores jugadores. Dicho esto, el Eldense se vino abajo con el gol de Antoñito y con la confianza y pujanza de un Málaga que tenía hambre y necesitaba un chute de autoestima, y lo consiguió. Tres goles que pudieron ser cinco o seis, y muy buenas maneras de muchos como Cordero, Larrubia, Gabilondo, Kevin (un gol de falta directa, algo que no se veía hace años en La Rosaleda)... Ello unido a la seguridad de Luismi y el saber de Manu Molina. Fue un buen partido, con un resultado amplio, pero a la vez corto. Ganar 3-0 y decir que se mereció mucho más es lo mejor que se puede decir. Tres puntos de oro y un ambientazo de época, de los que distinguen también a nuestra afición respecto a la mayoría. El Málaga puede y debe aspirar a más, lo demostró el equipo, muy superior a un Eldense que se diluyó como un azucarillo ante la superioridad del rival.

Por eso, y por muchas cosas, este Málaga CF tiene que aspirar a mucho más, y tener dirigentes que aspiren a eso. Un equipo de Primera con una afición de primera para una ciudad y una provincia de primeras. No me cansaré de escribirlo. Lo mejor tiene que estar por llegar.