Chavarría, en la celebración del gol del triunfo en Sabadell. agencia lof

Chavarría, un máximo goleador atípico

El argentino, muy apreciado en el vestuario y ejemplo por su trabajo en el campo, rechazó mejores ofertas por los informes positivos del club, la ciudad y la afición

Martes, 10 de noviembre 2020, 00:16

«Pablo hace mejores al resto de compañeros». Un futbolista no puede recibir mejor elogio de su entrenador que el que lanzó en público Sergio ... Pellicer sobre Chavarría en la víspera de la cita en Mallorca. El delantero argentino, que el 2 enero cumplirá 33 años, es el atípico máximo goleador del Málaga, un futbolista que da mucho más que el acierto ante el marco contrario dentro y fuera del campo, como subrayó el técnico castellonense.

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De antemano conviene apuntar que Chavarría estuvo en la agenda del Málaga años atrás. Dentro del exhaustivo análisis que se hace del mercado, con cientos de jugadores, el club preguntó en un momento dado por su situación. Como con decenas de futbolistas. Entonces no se pasó de esa fase de tanteo con su agente para conocer la situación contractual y la disposición a recalar en el equipo blanquiazul. Pero precisamente a raíz de aquel efímero intento surgió el interés hace un par de meses. El actual director deportivo, Manolo Gaspar, rescató su nombre de la base de datos que se manejaba en la etapa de Mario Armando Husillos, vio cierta empatía en el interlocutor y utilizó todas sus armas. A estas alturas no es un secreto incidir en que recurrió al guardameta Manolo Reina, capitán del Mallorca, para que le expusiera al punta de Las Perdices (Córdoba) las bondades de la ciudad.

Manolo Reina y Husillos

El cancerbero trabuqueño le habló de la ciudad, del vestuario, de un club familiar. Porque a Chavarría le interesaba más bien poco el aspecto económico y, por encima de todo, quería disfrutar del fútbol, de un buen ambiente, de una ciudad acogedora y moderna. Paralelamente Husillos recibió un mensaje por Facebook de otro Chavarría. Resultó ser el padre del futbolista, un excompañero en el filial del Boca Juniors. «Él jugaba de central y era mayor que yo tres o cuatro años, una magnífica persona. Cuando me contactó, yo ni sabía que este Chavarría era su hijo y también tengo que reconocer que no recordaba que años atrás habíamos preguntado por él. Luego Manolo me lo confirmó», confiesa a este periódico. Obviamente, el informe del exdelantero, afincado en Málaga desde hace décadas, también sumó. «¿Qué le iba yo a decir de Málaga y del Málaga, que son mi casa? Le hablé de que no hay otra ciudad como esta para vivir y de que, dentro de las dificultades económicas que todos conocemos, tampoco iba a encontrar mejor ambiente que en La Rosaleda, en el vestuario, y que la afición es impresionante», añade.

Chavarría tomó la decisión pronto a pesar de que la oferta económica no era precisamente la mejor y de que las dudas sobre el proyecto del Málaga eran vox populi a nivel nacional. Sus prioridades eran otras. Y así ha quedado constatado desde el primer día. Pese a su veteranía, llegó con una humildad extraordinaria –«con la ilusión de un niño», ha destacado su entrenador– y rápidamente se ganó el aprecio de sus compañeros. En un vestuario casi totalmente renovado, también con un ambiente renovado, prevalece 'el hambre' (esa virtud que era imprescindible para Pellicer y Manolo en cada fichaje) y el delantero argentino es el primero que lo demuestra. Le importó poco verse escorado inicialmente a una banda porque en su mentalidad el colectivo está por encima de todo. En ello coincide mucho con Caye Quintana, de ahí que ambos se compenetraran tan bien en Zaragoza con continuas permutas de posición que trajeron en jaque durante la primera parte a la cobertura local.

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Listón muy alto

Si algo destaca en este Málaga, es que los futbolistas ofrecen cada partido el mismo nivel de intensidad que en los entrenamientos. Y Chavarría es un claro ejemplo. Es muy apreciado en el vestuario no sólo por esa humildad y cercanía que ha demostrado desde su llegada, sino por su capacidad de trabajo día a día. Como ya explicó este periódico, en la fase inicial del trabajo –a la sazón, la final del mercado–, el cuerpo técnico decidió que había que priorizar los partidillos y las sesiones de vídeo para una rápida asimilación de conceptos tácticos y contrarrestar así la probable falta de compenetración. El argentino, que había llegado con un alto nivel de entrenamiento, ya destacó entonces por su insuperable esfuerzo para generar espacios, para aprovecharlos cuando otros compañeros le facilitaban esta tarea o para buscar caídas a las bandas. Puso el listón tan alto a sus compañeros que estos entendieron que no podían bajar la guardia un solo instante. Y esa actitud no ha variado con el paso de las semanas.

Luego están sus virtudes futbolísticas, en particular su capacidad de remate en el juego aéreo, aunque el gol que sirvió a Caye Quintana en La Romareda llegó también tras buscar el espacio al caer a la banda derecha. Pero, por encima de todo, Chavarría es un máximo goleador atípico. Los delanteros valen dinero y él precisamente fue lo que menos miró para venir al Málaga.

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