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Probablemente, ni en sus mejores sueños hubieran imaginado vivir algo así. No fue un 'simple' ascenso a Segunda, fue la perfecta culminación de un sueño colectivo, el de devolver el honor de este club y esta ciudad, al menos, al fútbol profesional, de donde nunca debió despedirse. Después de ver las impactantes imágenes del sábado por la noche y la madrugada del domingo, con el malaguismo llenando de color las calles, el Cortijo de Torres y el aeropuerto, se veía venir que la afición volvería a salir a las calles esta vez… ¡Y de qué manera! La marea blanquiazul inundó la capital costaosoleña para honrar a sus héroes, y ellos también respondieron brindando un divertido espectáculo.
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Una icónica fiesta que quedará para el recuerdo, por esos niños corriendo por toda la ciudad pegados a la rúa, por los balcones y las aceras llenas de malaguistas, por la espectacular estampa multitudinaria en la Plaza de la Marina y el Paseo del Parque, pero también, por las anécdotas. No faltaron los cánticos ayer: '¡Y mete un gol, Alfonso Herrero mete un gol!', '¿Dónde están los balones? ¿Los balones dónde están?', 'A Segunda, Oé', 'Pellicer, sácate un puro', '¡Málaga te quiero, te vengo a ver ascender!' y cómo no, el más repetido: '¡Roberto, quédate!'.
Por supuesto, el pichichi malaguista no se atrevió a avanzar nada sobre su futuro, pero si dijo unas palabras durante la celebración: «El sábado fue el día más feliz de mi vida». A lo que más tarde, cuando volvió a llegarle el micro, relató también: «El año pasado estaba en Barcelona y me tragué por la tele ese descenso. Ese día prometí a mis seres queridos que daría lo que fuera por devolver a donde se merece a este equipo. Un año después, lo hemos hecho. Yo soy cordobés de nacimiento pero malagueño de corazón».
Un guiño a su tierra que por cierto, también realizaron muchos de sus compañeros, y hasta el propio alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, en el momento cumbre de los festejos, en el ayuntamiento. Ante un horizonte blanquiazul teñido con el humo de las bengalas de colores, los jugadores y el 'staff' subió al balcón para hablar cara a cara con su afición. El improvisado y talentosa maestro de ceremonias fue Larrubia, para sorpresa de muchos, que hizo las veces de Pepe Reina para hacer reír a todos los presentes con una presentación de cada uno de sus compañeros: 'El expreso de Guipúzcoa', 'Beckenbauer' Galilea, 'El Mago del Llano de la Trinidad', 'El Empanao', 'El Vinagre', 'El Timidín'…
Y no pudo faltar, 'El Capitán del Barco', Sergio Pellicer, que valoró: «Gracias por todo el año que nos habéis dado, por estar en los momentos difíciles, y sobre todo, gracias a este grupo de jugadores, que han demostrado un sentido de pertenencia que hacía años que no existía en este club. El año que viene, estos chicos lo van a intentar a 'full'. ¡A primera, Oé!». Llegó el turno del alcalde de la ciudad, De la Torre, eufórico: «Hoy celebramos la alegría de estos héroes del Málaga», valoró.
Respondieron los aficionados, con el clásico '¡Que bote el alcalde!' Y botó: «Si botando subimos a Primera, lo haría todos los días. Tenemos que seguir formando un gran equipo, pero sin que ninguno de estos héroes se sienta fuera. Y repitió, en numerosas ocasiones: '¡Roberto, quédate!'». Además, ya dentro del salón de los espejos del consistorio, De la Torre lanzó un mensaje más: «Espero que estén a la altura los propietarios para que se construya aun equipo que, en muy poco tiempo, pase a Primera». A su lado, la delegada territorial de la Junta en Turismo, Cultura y Deporte, Gemma del Corral, también quiso dedicar unas palabras a los jugadores: «Se vivió una noche inolvidable. Los que hemos tenido la suerte de acompañaros esta temporada, hemos podido cumplir el sueño de regresar. Esperemos que la siguiente temporada estemos celebrando el ascenso a Primera».
Tampoco faltó la parada en la Diputación de Málaga, donde también subieron al balcón y recibieron el apoyo de su presidente, Francisco Salado, entregado: «Este año hemos visto La Rosaleda siempre llena y a domicilio, cómo la afición eclipsaba al equipo visitante. Ahora Tenemos que seguir creciendo y consolidando el proyecto y la Diputación estará ahí». También dedicó unas palabras el director general del Málaga, Kike Pérez, emocionado: «No puedo estar más orgulloso de este equipo, ha sido un año tremendamente complicado, pero somos una familia. Para mi, este no es sólo un ascenso, este es el nacimiento de una nueva generación de malaguismo».
Aunque al fin y al cabo, los protagonistas del día fueron ellos, los héroes del ascenso. «Estoy viviendo su sueño, esto es felicidad pura. Todavía no somos conscientes de lo que hemos hecho, es una cosa inexplicable», relata Dani Sánchez. «En la vida, hay que ser como la gente del Málaga, que por mucho que se caiga, siempre se levanta. Ahora es un momento en el que tenemos que ir todos de la mano, tenemos que hacer que Málaga y el club crezcan», valoró, emocionado y rebosante de orgullo, el capitán del equipo, Ramón.
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