Málaga vuelve a echarse a la calle para celebrar un ascenso de su equipo de fútbol 16 años después. Ha sido el periodo más largo de la historia de la entidad blanquiazul sin festejar el hecho de subir a una categoría superior. Una época inédita en la trayectoria de un club que siempre ha sido conocido por ser un ascensor del fútbol español. Aunque lo cierto es que ha dejado de serlo en el siglo XXI, donde acumuló 17 temporadas en la máxima categoría en dos paréntesis diferentes (de 1999 a 2006 y de 2008 a 2018).
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Ahora recupera su esencia más genuina y vuelve a desmelenarse por un ascenso. Aunque lo más importante en esta ocasión es que la entidad rompe con un vertiginoso declive en el último lustro, cargado de decepciones. Desde que cayese de la élite de forma inexplicable en 2018, y en 2019 fuese eliminado de la lucha por volver a Primera División, el Málaga empezó a languidecer hasta desplomarse de forma increíble a la tercera categoría del fútbol español el pasado verano.
Volvió a la casilla de salida 25 años después, retrocediendo a la etapa en la que se reconvirtió en Club de Fútbol tras la desaparición del Club Deportivo. Por suerte sólo ha sido un año en esta reciente Primera Federación, si bien ha estado lleno de altibajos y emociones fuertes. Pero ha merecido la pena porque lo mejor sin duda ha sido el extraordinario crecimiento de la afición malaguista, que ha acompañado al equipo en su peor momento. Se ha conseguido conectar con nuevas generaciones que nunca habían visto al Málaga tan abajo.
19 ascensos en total. El Málaga siempre fue conocido como un club ascensor porque a lo largo de su historia, en sus diferentes denominaciones, ha conseguido subir de categoría 19 veces contando esta última vez.
26 años del último ascenso a Segunda. En la temporada 97-98, el ya Málaga Club de Fútbol lograba volver al fútbol profesional desde la extinta Segunda B. El impulso fue tal que el curso siguiente logró el ascenso a Primera.
Fin al periodo más largo sin ascensos. El Málaga nunca estuvo tanto tiempo -16 años- sin celebrar un ascenso, en el que sufrió dos descensos. El segundo paréntesis más extenso fue entre 1999 y 2008, cuando sólo estuvo dos años en Segunda tras su descenso Primera.
De hecho, muchos de los nuevos malaguistas ni siquiera vivieron el último ascenso blanquiazul, en 2008. O si lo hicieron apenas tienen recuerdos de aquello. Fue cuando Antonio Hidalgo se convirtió en leyenda con un 'doblete' al Tenerife en La Rosaleda para subir a Primera. Era un Málaga austero, anterior al desembarco del jeque Al-Thani, creado por Juan Ramón Muñiz, que hizo las veces de entrenador y director deportivo para montar una plantilla a coste cero (sin pagar traspasos) donde llegó el por entonces desconocido Weligton, quien acabaría haciendo historia en el club.
Había gente de la casa como Jesús Gámez y Apoño, y dejaron huella nombres como el delantero Baha o Calleja. Todos nombres reconocidos a día de hoy. Ese verano de 2008 era la última referencia hasta ahora de una celebración multitudinaria del malaguismo. Aunque después vino el sueño de la Champions League de forma fugaz, que también se festejó a lo grande, la parroquia blanquiazul sabe en el fondo que sus grandes éxitos, sus títulos, son ascensos épicos y permanencias agónicas, como aquella salvación de 2010 en Primera con Duda como héroe ante el Real Madrid de Pellegrini.
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De hecho, la gran parte de la afición malaguista, la más veterana, recuerda en este momento y se identifica más con las peripecias del Málaga del siglo pasado. Durante toda esta temporada 23-24 han sido continuas las referencias a los años del renacer malaguista a finales de los 90. El milagroso ascenso a Segunda hace ya 26 años contra el Terrassa en La Rosaleda o la maravillosa generación inmediatamente posterior que logró devolver a Málaga a la élite del fútbol español y estaba liderada por Joaquín Peiró, que desde hace unos años da nombre al banquillo local del estadio de Martiricos.
Ahora precisamente el próximo sueño es seguir repitiendo la historia y completar una hazaña como en el periodo entre 1998 y 1999, cuando el Málaga volvió a Primera División desde la extinta Segunda B con dos ascensos consecutivos. El impulso fue tal en aquel momento que la plantilla comandada por Peiró se hizo con el título de Segunda División y una vez ya en Primera en la temporada 99-00, consiguió una solvente permanencia. Se inició así la segunda etapa con más temporadas seguidas en la máxima categoría, con un total de siete.
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Y es que en el extinto Club Deportivo la historia era diferente. Subía y bajaba tanto que se convirtió en el equipo con más ascensos del fútbol español en su momento (con la cara B de sufrió muchos descensos). Con el conseguido recientemente, de Primera Federación a Segunda, el Málaga suma ya 19 ascensos en total a lo largo de su historia, contando todas sus denominaciones.
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