La Rosaleda, lista para homenajear a Santi Cazorla

La Rosaleda no podría ser menos este sábado (16.15 horas) cuando regrese con la camiseta del Oviedo. Será la primera vez de vuelta en Martiricos, y pese a que su paso por Málaga fuera relativamente breve, una temporada, antes de su traspaso al Arsenal, que dejó un poso de buen fútbol, profesionalidad y pasión por este deporte: 42 partidos (entre Liga y Copa del Rey, pues la Champions llegó un curso después), nueve goles (el más recordado el golpe franco directo al Real Madrid para empatar en el Bernabéu a uno en el minuto 90), ocho asistencias y 3.466 minutos.

Ni los más viejos del lugar ni los más jóvenes han podido ver muchos jugadores de su talento y visión de juego con el balón vestidos del Málaga. Cazorla dejó una profunda huella y, de forma increíble, regresa a dos meses de cumplir los 40 años y siendo de largo el jugador más veterano de la competición en Segunda División, por delante del portero del Eldense Mackay, con 38 años y dos meses, y el delantero del Tenerife Enric Gallego, recién llegado a los 38.

Cazorla ya peina canas, como otro exmalaguista del Oviedo en el banquillo, Javi Calleja, y su historia de superación y compromiso es digna de contar. Después de nueve años en la cantera del club astur, a los 17 tuvo que salir rumbo al Villarreal B ante la crisis económica y deportiva del primer equipo carbayón, que sufrió un descenso administrativo en 2003 tras bajar a Segunda B. El Oviedo no tenía dinero para tramitar la ficha de uno de sus jóvenes más talentosos. Siempre de amarillo, salvo en la temporada 2005-06, con el Recreativo en Primera, ganó la Eurocopa de 2008 con España y fue traspasado al Málaga en plena expansión de la entidad en el inicio de la 'era Al-Thani'.

Fue uno de los hombres clave en la consecución de la cuarta plaza liguera final, la mejor de la historia, y el billete a la previa de la Champions. Sin embargo, su salida al Arsenal evidenciaba que algo iba mal y era un primer paso de la venta de activos de un club en proceso de desmantelamiento con la llegada de Moayad Shatat para conducir todo ese proceso, ya que las cuentas eran inasumibles.

Cazorla, que en el verano tras dejar Málaga ganó su segunda Eurocopa (no estuvo en el Mundial de Sudáfrica por unos problemas de espalda), en 2012, empezó un calvario con su tobillo derecho desde octubre de 2016 hasta agosto de 2018, aunque sus orígenes datan de una lesión mal curada en 2013, una fisura en un hueso en un España-Chile en Ginebra. Nada menos que 668 días de baja, y once pasos por el quirófano, en uno de los cuales se le tuvo que reconstruir el tendón de Aquiles.

Su persistencia y resiliencia le permitieron regresar al Villarreal (2018-20) y, tras un paso por el Al-Sadd (2020-23) que parecía presagiar su retirada, decidió acometer una última empresa en el fútbol, la de devolver al Oviedo a Primera. En ello anda. Estuvo cerca hace meses. Su equipo, sin que él pudiera sumar mucho entonces, lastrado por problemas musculares, jugó los 'play-off' y superó al Eibar en semifinales, pero se le atragantó la vuelta de la final ante el Espanyol, tras el 1-0 en el Tartiere.

Cobra 91.000 euros, cedió sus derechos de imagen y destina el 10% de la venta de sus camisetas a la cantera. Además, ahora llega mejor que hace un curso. Lleva ya tres asistencias y seis partidos de titular (de nueve). Suma 550 minutos por los 972 de toda la 2023-24. Sin un gran despliegue físico, su conocimiento del juego y calidad le convierte en vital para su equipo en la zona de tres cuartos.