Caminero, en tierra de nadie

Caminero está viviendo las horas más bajas desde que llegó al Málaga y su situación es claramente insólita, en tierra de nadie. Es sobradamente conocido que el director deportivo no reside habitualmente en Málaga y que su presencia en La Rosaleda o en los entrenamientos en el estadio Ciudad de Málaga está marcada por los viajes en AVE desde Madrid. Sin embargo, de un tiempo a esta parte el poco protagonismo que siempre ha tenido (por deseo propio no concede ni entrevistas ni ruedas de prensa en solitario desde que llegó al cargo) también ha desaparecido.

El pasado sábado, con motivo del encuentro ante el Cádiz, llamó mucho la atención la ausencia de Caminero en La Rosaleda. La semana anterior el director deportivo sí había estado en el partido entresemana en La Romareda ante el Zaragoza, pero no compareció luego para la cita en El Alcoraz contra el Huesca. Su ausencia en dos encuentros seguidos sí sorprende porque él es un fijo en cada compromiso, incluso a domicilio.

Pero la situación de Caminero no puede ser más incómoda. Pese a que en verano diversas operaciones no fructificaron debido a las exigencias y la negativa del presidente y de sus asesores, Al-Thani culpa directamente al director deportivo de la planificación de la plantilla para esta temporada. Eso sí, el principal desencuentro entre ambos obedece al 'caso N'Diaye', porque el propietario del club aseguró no conocer que el internacional senegalés tenía un segundo año de contrato con el Málaga (en unas condiciones económicas inasumibles). Mientras, en el club argumentan que el jeque fue informado exhaustivamente de esta operación para que fuera aprobada por él o por alguno de sus hijos (como viene sucediendo desde hace cuatro años).

Que Caminero no cuenta con la confianza de Al-Thani quedó ratificado hace más de un mes, cuando se le prohibió dar una rueda de prensa en La Rosaleda –pretendía explicar los pormenores del cierre del mercado– y posteriormente se le obligó a ofrecerla el lunes 23 de septiembre junto al asesor jurídico, Joaquín Jofre, que hasta esa fecha no había hecho declaraciones en público. Pero resulta incluso más llamativo que en las oficinas Shaheen y el director deportivo comparten despachos casi contiguos y, según relatan testigos, los contactos entre ambos son inexistentes.

A ello se suma que la relación entre Caminero y el entrenador, Víctor, está bajo mínimos. Desde las declaraciones de este último tras el retraso en la llegada de los 'transfer' de Benkhemassa ya nada ha sido igual entre ambos. Además, el director deportivo ya ha dejado de ser el principal interlocutor para el técnico, que ha conversado en varias ocasiones directamente con Shaheen. Aun así, la semana pasada acudió a tres sesiones de entrenamiento y ayer estuvo en La Rosaleda en la primera de preparación para el partido del próximo domingo en Riazor frente al Deportivo.

A Caminero se le preguntó hace poco más de tres semanas, en la citada comparecencia pública, si se planteaba dimitir. Su respuesta fue clara: «Mi trabajo es intentar completar una plantilla. Opino sobre los jugadores para mejorar mi equipo. Lo que hago es comunicar esta situación y el club decide si son o no son buenos o malos para que vengan al Málaga. Paso mis informes con mi gente sobre los jugadores que son aptos para reforzar el equipo y así lo hacemos. En esa situación no tengo por qué dimitir. Otra cosa es que yo entienda que no estoy haciendo bien mi trabajo. En todos los trabajos propones, hay un jefe, y no voy a dejar de hacer mi trabajo, que es traer jugadores al Málaga. Luego hay gente que tiene la potestad de decir si sí o si no». En realidad el director deportivo mantiene contactos y negociaciones con vistas al mercado invernal, aunque está por ver hasta qué punto estas gestiones serán tenidas en cuenta por Al-Thani y Shaheen. De momento, a tenor de los primeros movimientos de la persona que ya ejerce como director general, no da la impresión de que las opiniones del madrileño vayan a tener peso cara al futuro. Aunque en el Málaga todo puede cambiar...