El primer gran 'tourmalet' de la temporada para el Málaga

No es que el terreno que se ha dejado atrás sea precisamente llano, pero lo que le aguarda al Málaga en las siguientes semanas es una gran etapa de montaña. Por la cercanía entre los partidos y la talla de los rivales. En los próximos quince días, desde el próximo domingo en concreto, cuando se enfrentará al Zaragoza, hasta el fin de semana donde se acaba octubre y arranca noviembre, que será el momento de medirse contra el gran favorito de la competición este año por su plantilla y presupuesto, el recién descendido Espanyol, los malaguistas tendrán el primer gran 'tourmalet' de la temporada. La primera gran cuesta.

Además de los citados Zaragoza y Espanyol, en medio se cruzará contra Sporting, Mirandés y Mallorca, este último otro de los equipos que cayeron la campaña pasada de Primera y sostiene un gran potencial. En total, cinco partidos en quince días, lo que supone un esfuerzo extra para el Málaga con respecto al resto de rivales, ya que está mermado por la limitación de fichas profesionales al estar sancionado por LaLiga con un máximo de 18 jugadores de la primera plantilla. Un contexto en el que el cuerpo técnico que encabeza el entrenador Sergio Pellicer se ha doctorado, ya que desde su entrada al equipo han lidiado con esta circunstancia. Un problema endémico.

Aunque por conocida no es menos complicada, e incluso incierta. La organización de los entrenamientos y el reparto de los esfuerzos entre los jugadores se convierte en un aspecto clave para mantener en buen estado al máximo de recursos de la plantilla, que aunque cuenta con la bomba de oxígeno de los canteranos, este es un medio limitado por el reglamento. Una situación que además se suma a la aún temprana fase de amasado de la nueva plantilla, totalmente nueva y que da señales de no estar aún lo suficientemente entremezclada y engrasada.

Una consecuencia obvia del cambio de ciclo radical que ha experimentado el equipo. Aunque fundamentalmente, los quebraderos de cabeza irán enfocados a controlar el físico; calcular el desgaste y las cargas de trabajo entre un partido y otro, que en estos casos se centran en ejercicios de recuperación, y prácticas técnico-tácticas. Una dinámica que se repetirá más veces esta temporada que en una situación normal, ya que el calendario de Segunda División ahora está mucho más comprimido para acabar a la fecha de siempre habiendo empezado más tarde.

El lado bueno del rosario de encuentros que se les viene por delante es que tres de los cinco partidos que jugará en apenas dos semanas será en La Rosaleda, lo que se limitará a viajar en sólo dos ocasiones esta vez, lo que alivia la ya complicada tarea de organizar con precisión la agenda de trabajo durante estos días. Tras medirse contra el Zaragoza, recibirá de forma consecutiva a Sporting (con horario confirmado, el jueves 22 a las 21.30 horas) y Mirandés, respectivamente.

Luego volará a Mallorca antes de recibir en La Rosaleda al Espanyol. Tras este último choque, contra el principal favorito del torneo este año, recupera el ritmo de un partido por semana, que será contra el Sabadell del exmalaguista Antonio Hidalgo. Pero durará poco, porque a partir del 22 de noviembre se vuelve a apretujar los partidos: Leganés, otro recién descendido, Girona, Lugo y Fuenlabrada.